Proyectos artísticos

El artículo 79 de la Constitución Cubana establece que “Todas las personas tienen derecho a participar en la vida cultural y artística de la nación”, sin embargo condiciona toda actividad artística en la oración siguiente: “El Estado promueve la cultura y las distintas manifestaciones artísticas, de conformidad con la política cultural y la ley”.

La política cultural la establece el Partido Comunista de Cuba (PCC) que gobierna, a través del Ministerio de Cultura, y todo pensamiento que se aleje o incluso llegue a contradecir el pensamiento único es excluido, censurado y perseguido a través de órganos de control como el Ministerio del Interior.

A su vez, tienes que pertenecer a las instituciones artísticas como la conocida ya desde el caso del poeta Heberto Padilla, Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), para facilitar la publicación y difusión de obras. El monopolio estatal de instituciones artísticas conduce a la ilegalidad a todos los espacios alternativos. Con este condicionamiento viola así el artículo 20 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que define que “Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación”.

Además de este marco legislativo siempre surgen nuevos decretos ley que buscan sancionar o servir de nuevas amenazas a quienes piensan diferente. Por ejemplo, el decreto-ley 349 publicado en el 2018 buscaba reforzar esta idea de control y de eliminación de todo espacio cultural independiente que no esté adscrito “a las instituciones”. El decreto-ley 373 del 2019 que tenía por objeto aprobar la figura del creador audiovisual y cinematográfico como artista independiente con un nivel de cinismo muy alto porque esa “inclusión” de los cineastas independientes no buscaba más que controlarlos, como lo reconocen Miguel Coyula, y Marcos Louit Ramos, por sólo mencionar algunos de los cineastas entrevistados para este libro.

Rafael Almanza recuerda Arte Calle (1986), aquel colectivo de arte contestatario compuesto por jóvenes menores de 25 años en su mayoría, como Iván Alvarez, Aldito Menéndez, Leandro Martínez Cubela y Ofill Echevarria. Entre sus intervenciones sorpresivas y performance más recordados están el de “No queremos intoxicarnos”, realizado en la Unión de Artistas y Escritores Cubanos, en 1987, o uno en el que pisotearon un retrato del Che Guevara. Reinaldo Escobar precisa que ha sido en el marco de la exposición “9 alquimistas y un ciego” en la sala de exposiciones de la Escuela de Economía de la Universidad de La Habana, frente a la heladería Coppelia. Y que el performance terminó con la entrada intempestiva de la Seguridad del Estado que sacó a los asistentes y ocupó las obras. En esa época la represión era  asoladoramente fuerte y muchos se vieron forzados al exilio y terminaron yéndose del país en los noventa.

El Espacio Aglutinador fue creado en 1994 por Sandra Ceballos y Ezequiel Suárez. Ceballos comparte que

la intención era aglutinar a todo tipo de artistas, lo más importante siempre fue el arte, el compromiso con el arte y no con la política, la religión u otras cosas. El arte siempre fue el emblema mayor del espacio, fueran artistas oficiales los que exponían o artistas que fueran presos como Ángel Delgado. También intentamos no discriminar a los artistas de avanzada edad, porque sucede mucho en las galerías, queríamos hacer todo lo contrario; lo mismo exponía un artista emergente o un artista de avanzada edad, de hecho hicimos combinaciones de artistas que hacían una muestra y el otro detrás para hacer un balance, un equilibrio de todas las muestras.  En este espacio expusieron figuras muy importantes del arte, muy reconocidas, como Marta María Pérez, Manuel Vidal, obras de Antonia Eiríz, Humberto Peña, artistas cubanos de primera línea, pero también artistas foráneos como Ross Bleckner, Jack Pierson, Ana Mendieta, o sea se hizo una combinación de artistas ya establecidos con artistas muy jóvenes. Esa mezcla era un equilibrio para que se mantuviera ese sentido y esa intención de querer hacer algo democrático. Esta fue una de las estrategias, para llamarle de alguna manera, que logró que Espacio Aglutinador se mantuviera trabajando. Siempre hubo sus amenazas, pero avanzamos y nunca claudicamos porque considerábamos que no estábamos haciendo ningún daño a la cultura, todo lo contrario, estábamos rescatando artistas que estaban completamente olvidados y reconociendo artistas que no lo estaban, o sea artistas oficiales. Me parece que esa mezcla, esa dualidad es un argumento muy fuerte.

Con esta filosofía de generar un espacio de encuentro donde compartían artistas de las distintas veredas, tendían puentes, creaba una sinergia de colaboración, un vínculo en principio profesional, luego social, que al régimen totalitario no le conviene que exista. Por ello, por más moderada que fuera la iniciativa, el régimen siempre la iba a confrontar.

En la búsqueda de liberarse de métodos ortodoxos en el arte, Sandra Ceballos organizó en Espacio Aglutinador la exposición “Curadores GoHome”, una exposición sin curaduría, que inmediatamente provocó una reacción por parte de la Seguridad del Estado con una propaganda difamatoria contra Ceballos y el espacio. La estrategia era similar a lo que pensaba Lizabel Mónica: trabajar para que los dos polos de afuera y dentro de las instituciones se comuniquen. La dificultad está en la construcción de confianza de las partes, en un contexto en el cual existen leyes que por tener espacios así te pueden enviar a prisión. Es un esfuerzo que de todos modos hay que hacer para romper con el muro del totalitarismo que separa a unos cubanos de otros, estén donde estén.

Un espacio como el de Teatro Obstáculo que nació en 1985 de la mano de Víctor Varela exiliado en 1997, inspiró a espacios independientes de la nueva generación de jóvenes como el Teatro Perséfone de Adonis Milán fundado en 2015 primero en el marco de las instituciones y luego de sufrir censura, convertido en un espacio independiente en el 2017.

Adonis cuenta en sus propias palabras:

Fui censurado por órdenes de la Seguridad del Estado y de Rafael González Muñoz, actual presidente de Asociación Hermanos Saiz (AHS). Fui sacado, desalojado del teatro que tenía, mis actores fueron amenazados, mis obras han sido clausuradas en algunas presentaciones por la Seguridad del Estado. Hemos recibido todo tipo de sabotajes, de amenazas, de arrestos por parte del organismo de la Seguridad del Estado. Perséfone Teatro aun así ha resistido como un proyecto independiente, ya sea desde una habitación en mi casa, espacios independientes, colaborando con otros artistas, colaborando en el espacio virtual, pero hemos continuado como un signo teatral de la resistencia cubana.

Otro proyecto de teatro independiente es Teatro Kairós, hoy Teatro Kairós LCAP (Laboratorio Creativo de Amistad con los Pueblos) que nació en 2011 como un proyecto itinerante porque no ha sido posible mantener una cartelera estable.  Lynn Cruz había regresado de Dusseldorf, Alemania, donde había hecho teatro independiente y pudo vivir el teatro en un sistema democrático que aún con sus imperfecciones, le hizo tomar distancia y comprender por primera vez lo que significa hacer teatro dentro de un sistema que no ofrece libertades básicas de pensamiento ni de expresión a sus ciudadanos. Carlos A. García había recibido los derechos de la autora catalana Ángels Aymar para poner en escena La Indiana e hicieron un unipersonal que se tituló El Regreso. 

Si bien con la Revolución proliferaron grupos de la talla de Teatro Estudio, Los Doce, de la mano de los hermanos Raquel y Vicente Revuelta, por citar el ejemplo de uno de los proyectos que más me ha interesado dentro de la historia del teatro posrevolucionario, por el concepto mismo de hacer un teatro-laboratorio, que dejó atrás aquel teatro vernáculo como modelo de éxito dentro de las tablas cubanas. Los Revuelta desarrollaron un teatro que armaba a los actores de un método, el ruso.  Algo que he visto en ejemplos más recientes de colectivos como Buen Día o El Ciervo Encantado con distintas metodologías, por supuesto. Los actores de estos proyectos se distinguen por su solidez tanto actoral como intelectual. Retomando los momentos tempranos del teatro posrevolucionario, al ser subvencionado por el estado, gradualmente comenzó a padecer persecución y censura. Hay quienes son de la opinión que el teatro cubano nunca pudo recuperarse de la parametración, conocida como el período gris. En mi opinión es una suerte que exista aún densidad en la escena cubana. 

Cruz cuenta, sin embargo, que no fue hasta 2017 que Kairós reaparece con el estreno de Los Enemigos del Pueblo en noviembre. Cruz recuerda que en abril de 2017 padeció junto al cineasta Miguel Coyula, un operativo policial y de agentes de Seguridad del Estado, para impedir la proyección del documental Nadie en Casa Galería El Círculo, que dirige el artista visual Luis Trápaga, quien en la actualidad es parte indispensable de Kairós.

En un artículo publicado en RIALTA, Víctor Varela cuenta cómo “luego de haber sido expulsado como profesor de actuación y dirección de la Escuela Nacional de Arte, a pesar de mi excelente trabajo con los alumnos, por tener el pelo largo y explorar ciertas técnicas de actuación consideradas por las altas esferas del poder como incorrectas ideológicamente, no tuve otra opción que convertir mi domicilio en un espacio teatral”.

El espacio independiente había crecido “demasiado” aparentemente, para los órganos de control.

Una prueba de la articulación, colaboración y el liderazgo positivo de los artistas se vio reflejada ya en la experiencia de la #00Bienal de La Habana que se celebró del 5 al 15 de mayo de 2018 como gesto de protesta ante la decisión del Ministerio de Cultura de posponer la celebración de la XIII Bienal de La Habana. A la idea original del artista visual Luis Manuel Otero Alcántara se sumaron Yanelys Núñez Leyva, Katherine Bisquet, Amaury Pacheco, Iris Ruiz, José Ernesto Alonso y Yuri Obregón.

En este grupo se mencionan varios artistas que vienen participando de diferentes iniciativas desde la década del noventa. Esta propuesta de la memoria permite ver el recorrido de los artistas que se acuartelaron en la sede del Movimiento San Isidro (MSI), más allá de la campaña de liberación de Denis Solís o que se presentaron en el Ministerio de Cultura el #27N en repudio al inusual ataque a la sede del MSI en esa madrugada.

Podríamos mencionar las iniciativas del escritor y ensayista de Camagüey, Rafael Almanza. Una de ellas fue el Cine Club El Navegador. Y así la recuerda:

El cineclub fue un espacio donde se hablaba de arte, y siempre de política, en libertad. Los encuentros tuvieron lugar entre 1997 y 2002, todos los martes por la noche, donde yo presentaba el filme, lo veíamos y luego había un debate. Fue una petición de monseñor José Sarduy, vicario de la diócesis y párroco de la Catedral, que en su juventud había sido fundador del movimiento de cine clubes en Cuba, aquí en Camagüey, década del cincuenta. No teníamos un stock de filmes, había que buscarlos. Y más tratándose de filmes de arte. Pero la Escuela Internacional de Cine de La Habana estaba botando toda una biblioteca en formato Beta. Casi nadie tenía reproductores de video, que estaban prohibidos en el país. Yo ni siquiera tenía tv. La catedral tenía un aparato beta. Luego el obispo compró un VHS. Con dificultades que sería largo de contar, se mantuvo una exhibición de filmes de arte, desde la etapa muda hasta los maestros actuales. Por ejemplo, vimos El gabinete del doctor Caligari, pero también todos los filmes de Andrei Tarkovski. El público consistía en un número de entre diez o veinte personas, eran jóvenes intelectuales, algunos con menos de veinte años. Pero también personas de mediana edad y mayores, cinéfilos. El cineclub cesó por el agotamiento del stock de filmes y la salida de Sarduy de la Catedral.

La otra iniciativa impulsada por Almanza, es un evento anual que se ha realizado de forma ininterrumpida desde 1995 a la fecha y es la Peña del Júcaro. Recientemente el Grupo Ánima ha publicado una investigación que compila su historia. En dicha Peña han participado artistas jóvenes que integraron las campañas tanto del #NoAl349 como de #TodosSomosSanIsidro.

Con la ola represiva ante la reacción de los artistas al decreto 349, se funda el Movimiento San Isidro, con otros artistas que venían de Omni Zona Franca, músicos como Maykel Osorbo y artistas visuales como Luis Manuel Otero Alcántara que junto a Yanelys Núñez impulsó en el año 2016 el Museo de la Disidencia y en el 2018 organizaron la #00Bienal junto a Katherine Bisquet, escritora acuartelada en la sede del MSI en noviembre de 2020 y participante del diálogo del #27N. Luego se suman artistas como Anamely Ramos del Grupo Ánima.

Uno podría afirmar que así como en la actualidad muchos artistas de distintos proyectos e iniciativas confluyen, algo similar sucedía en los 90. El Grupo Omni Zona Franca que dio vida, entre 1997 y 2009 en el barrio de Alamar, un barrio de La Habana del Este, a un rico espacio cultural. Este grupo fue fundado por Amaury Pacheco, Luis Eligio Pérez, Adofo Cabrera, Niño Julián González, Jorje Pérez, René Cervantes y David D Omni. Este último, participaba desde sus inicios siendo muy joven, abandona la escuela, a la cual por el nivel de adoctrinamiento no le encuentra sentido, y se suma integrándose a pleno ya en los años 2000. El poeta Amaury Pacheco fue quien lideró además el Festival Poesía Sin Fin, celebrado anualmente desde 1999 hasta el año 2018, y confluía con los mismos actores del Grupo Omni Zona Franca. Además, este Grupo interactúa con Michel Matos de Festival Rotilla (1997-2011) y Productora Matraka (2005-2017), y organizaban actividades en forma conjunta. A los que hay que sumar a la actriz Iris Ruiz, y otros músicos y grupos de rap como Los Aldeanos (Bian Oscar Rodríguez Gala «El B» y Aldo Roberto Rodríguez Baquero “El Aldeano”) que entre 2003 y 2013 fueron la banda sonora de la resistencia. Entre los antecedentes de la sinergia que había en el Grupo Omni Zona Franca con esta serie de iniciativas, está el Festival de Rap de Alamar (1996), que fue fundado por Grupo Uno (1995-2000), liderado por el escritor y artista de hip-hop Rodolfo Rensoli  junto  al artista plástico Yasser Castellanos, Tagles Heredia, y René Cervantes. La primera edición del festival de Grupo Uno fue en el año 1995, fue en el reparto Guiteras, luego se desarrolla en Alamar, donde echó raíces. Al Festival de Alamar se sumó años después la productora Matraka, donde también colaboraba Diddier Santos. Matraka produjo no sólo el Festival de Rotilla sino también el festival independiente de Hip Hop Puños Arriba que se mantuvo entre 2008 y 2015. Organizaban premios para reconocer los grupos de Hip Hop y Rap ya establecidos, e incentivar el surgimiento de nuevos talentos. Todo este grupo coincidió en el Movimiento San Isidro, pero venían hace 20 años colaborando o interactuando.

A su vez, también interactúan con miembros de la Sociedad Civil pro democrática: Amaury Pacheco ha dado talleres a las Damas de Blanco, Diddier Santos se sumó como promotor de Cuba Decide.

Talento Cubano, un mapeo de artistas iniciado en 2012 por Adrián Monzón, junto a un equipo con el cual trabaja desde 2009, consistió en una exploración por todas las provincias de Cuba, en busca de músicos. Esta iniciativa fue en respuesta a una reflexión colectiva de quienes organizaban el Festival Rotilla en la cual advertían que todos los artistas del programa eran de La Habana, la capital de Cuba. Fue por ello, es que decidieron salir a recorrer la isla para integrar a más músicos de otras provincias. Fue así como nació “el mapa de todos los músicos cubanos del mundo”, proyecto que fue atacado y desmembrado por la Seguridad del Estado directamente desde su nacimiento. El proyecto evolucionó 10 años después, y se sustituye la palabra “músicos” por la palabra “talentos”, incluyendo a artistas de otros rubros.

El Círculo, ese espacio independiente en la casa de Luis Trápaga nace con una primera exhibición: “Un muro mejor es posible”, en el 2004 durante la Bienal de La Habana, con el auspicio y colaboración de Espacio Aglutinador dirigido por Sandra Ceballos. Algunos de los artistas que han expuesto, en orden cronológico, más o menos son: Sandra Ceballos, Fernando Ruiz, Rene Quintana, Mia Unverzant, Alfredo Hevia, Luis Trápaga, Claudio Fuentes, Francis Sanchez, Danilo Maldonado, Miguel Coyula, Reynier Leyva Novo, Lynn Cruz. Luego retomado con mayor fuerza con Lía Villares, Luis recuerda que en ese espacio realizaban tanto exhibiciones de artes plásticas, fotografías, concursos de fotografía, tertulias literarias, poesía visual, proyecciones de audiovisuales, y piezas de teatro “con una postura abierta a cualquier artista que nos trajera sus propuestas para mostrar, artistas que se nos acercaban buscando un espacio para mostrar sus propuestas, espacio que no encontraban en los circuitos oficiales de arte, ya sea porque sus propuestas resultaban incómodas al arte oficial y a la imagen que la política cultural del gobierno quería dar de Cuba, o porque no contaban con suficientes recursos materiales, económicos, que le facilitaran acceder a estos circuitos oficiales”.

Vale la pena recordar el caso del Grupo Demóngeles fundado el 19 de mayo del 2006. Tras la Marcha de No Violencia en 2011, Luis Dener Hernández, uno de sus fundadores, es forzado al exilio mientras que otros miembros son perseguidos duramente, lo cual desarticula al grupo. Sin embargo, en 2017 vuelve a tomar forma cuando regresa Luis Dener y especialmente gana fuerza en 2018 cuando se suma a la campaña del No al 349  y entra en fase de consolidación en el 2017 con la adhesión de nuevos miembros como Ariel Maceo que se sumó a la perseverancia de Abu Duyanah Tamayo, uno de los fundadores.  El grupo, explica Duyanah Tamayo, en un inicio era de escritores “aunque teníamos este grupo de rap Los Aldeanos en las células fundadoras, todos participaban, los poetas, escritores, pintores, y los músicos”. Ellos impulsaron el Movimiento Amistad que organizó la marcha de la No Violencia en noviembre de 2009. Articulaban con “Matraka que hacía el Festival Rotilla y Omni con Zona Franca que hacían Poesía Sin Fin”, agrega Duyanah Tamayo.

Asimismo, no podemos dejar de considerar a un cineasta independiente, como es el caso de Miguel Coyula que también fue censurado muchas veces, emblemático por su internacionalmente premiada película “Memorias del Desarrollo” (2010) y uno de los pocos que ha denunciado el decreto-ley 373 del año 2019 que intentaba controlar y censurar a los cineastas independientes.

También es de destacar la obra y el activismo del grafitero El Sexto, Danilo Maldonado, que fue detenido tras realizar un performance de soltar dos puercos con los nombres de Fidel y Raúl para Navidad. Durante los 10 meses que pasó en prisión por la mencionada performance, así como cuando fue detenido por el video que publicó burlándose de la muerte de Fidel Castro en noviembre de 2016, muchos artistas y activistas se manifestaron demandando su liberación. Algunos de ellos fueron Gorki Águila, Tania Bruguera, Orlando Luis Pardo Lazo, Rosa María Payá y Luis Alberto Mariño. El artista, que se ha tatuado con las imágenes de Oswaldo Payá Sardiñas y de Laura Pollán, utilizaba el grafiti como medio de expresar su activismo y su compromiso con la defensa de los derechos humanos en Cuba.

Avecez Art Space, espacio expositivo que desde el 2004 radicó en la casa de Solveig Font Martínez —licenciada en Estudios Socioculturales y especialista en Artes Plásticas—, nació tras haberse evidenciado la sutil y a veces no tan sutil censura que sufren los artistas. Un espacio que buscó no sólo promocionar lo más joven y libre del arte cubano, sino también para realizar un trabajo más personal con los artistas. Su mayor interés era fomentar las interrelaciones entre los seres humanos encargados del arte, compartir con ellos, inaugurar, hacer encuentros para conversar y tomar café, disfrutar del espacio de exposición y la vida misma que se creaba. Para Font los espacios alternativos venían a ser como el deseo más profundo del artista de exponer fuera de la institución, por esta razón se pensaban y hacían buenas piezas y muy buenos proyectos contando con el entusiasmo de los artistas al verse por fin reconocidos. Este espacio pudo en seis años, del 2014 al 2020, ver el fruto de lo creado. Gracias a la gestión se expusieron obras que no hubieran encontrado otro espacio expositivo en las galerías, por la censura. También se hicieron coordinaciones que ayudó a muchos artistas a conocer a curadores y a otros artistas con similares búsquedas estéticas. Para la curadora y fundadora Solveig Font la visibilidad que se le dio a obras y procesos curatoriales fue imprescindible porque era una vía para mostrar la diversidad artística en la Habana y su resistencia. Se hicieron proyectos, libros de artista, presentaciones de carpetas, dos premiaciones, presentaciones de obras y se compartía parte del proceso creativo con el público. Sin dudas un espacio rico en frutos, en arte y en intercambios que contribuyó a que los artistas establecieran vínculos de confianza pues se hablaba de arte y de literatura en forma libre. Esa confianza, esa cofradía, valió de mucho pues luego les sirvió para reunirse y oponerse al Decreto 349. El espacio privado Avecez Art Space, y otros eran donde los artistas sentían que se podían expresar libremente para debatir esa ley ilegítima, para analizar cómo le iban a contestar al estado que pretendía controlarlos de una manera tan fascista.

La artista Tania Bruguera reconocida mundialmente, y con una trayectoria que viene desde los años noventa, impulsa el Instituto de Artivismo Hannah Arendt INSTAR en el año 2015 lanzando convocatorias, creando una comunidad de artistas, estudiantes, ciudadanos que fueron clave tanto para la campaña del #NoAl349 como para el diálogo del #27N. En su misión, la institución expresa que “queremos trabajar con la gente que se encargará día a día de la construcción de la democracia en Cuba, demandando sus derechos y luchando por la justicia social en sus escuelas y trabajos; transformando a los espectadores en ciudadanos activos”.

Bruguera cuenta que este proyecto nace tras un interrogatorio por la Seguridad del Estado por haber intentado hacer su performance El Susurro de Tatlin, en la que colocaba un micrófono abierto a toda persona que quisiera expresarse en turnos de un minuto, en la Plaza de la Revolución. Esto fue el 30 de diciembre, días después del anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, realizado por Barack Obama y Raúl Castro el 17 de diciembre de 2014. La performance, también estaba acompañada por la campaña en redes sociales #YoTambienExijo, buscaba promover la libre expresión de los cubanos con respecto a este nuevo contexto. Por esa acción, además de detener a la artista, detuvieron a decenas de personas por intentar asistir a este evento y sobre todo en una plaza tan simbólica como la Plaza de la Revolución. Convencida del impacto que tiene en la ciudadanía pero también en los mismos agentes que la interrogan cada vez que la detienen arbitrariamente, es que Bruguera ideó otra performance que tendría lugar en su casa en 2015, “Donde tus ideas se convierten en acciones cívicas (100 horas de lectura de Los orígenes del totalitarismo)”. Ella se filmó, no sólo como parte de la performance sino también por razones de seguridad.

Reynier Guerra, Glenda Ferbeyre y Cecilia González crearon Colón Cultural en 2016 con un festival donde participaron artistas cubanos y extranjeros en el barrio de Colón. 

El Colectivo Ánima, hizo su primera exposición en 2010 en un proyecto liderado por las curadoras María de Lourdes Mariño Fernández y Anamely Ramos González. Sin embargo, fue con el pasar de los años y de varios proyectos artísticos más que decidieron recién en 2018, ponerle un nombre al grupo de artistas que estaba conformado por Lester Alvarez, fundador de la editorial La Maleza, Camila Ramírez Lobón, y Luis Alberto Mariño Fernández, compositor y miembro de Cultura Democrática.

El Club de Escritores Independientes de Cuba (2007) fundado por el ex prisionero político del Grupo de los 75, el escritor Jorge Olivera, luego de unos años cuando veía mermar sus membresías por la constante emigración y detenciones arbitrarias, se vio refundada al adherirse nuevos miembros, una generación más joven y decidieron rebautizarlo como Club de Escritores y Artistas de Cuba (2018). El CEAC tiene como Presidente a Jorge Olivera Castillo, como Vicepresidente a Angel Santiesteban y como Especialista en Comunicación a Camila Acosta. Entre las lecturas de poesías de CEAC uno puede encontrar miembros de Poesía Sin Fin, Omni Zona Franca, Matraka Producciones, Grupo Demóngeles y Estado de Sats.

Hora Cero (2010) luego Una Hora para Cuba (2015) es un espacio cultural independiente en Camagüey, que surgió para promover la difusión y el diálogo entre cubanos con interés en su realidad, y en el arte. A sus encuentros han asistido fotógrafos, escritores, políticos, bloggers, teatristas, músicos y realizadores audiovisuales de distintas regiones del país, como Cuerpo Adentro, Yaima Pardo, Maikel Iglesias, Francis Sánchez, Orlando Luis Pardo, Eliécer Ávila y José Luis Leyva.

Puente a la Vista (2016) es el espacio cultural donde impulsan revistas como Puente de Letras o Arroz con Mago, entregan premios para promover nuevos escritores dentro y fuera de la isla como el que homenajea a Reinaldo Arenas, y han organizado varias ediciones del Festival Vista en Miami, en Bogotá y en La Habana. Con el apoyo de Neo Club Ediciones, desde Miami, dirigido por el escritor y periodista independiente Armando Añel, pueden difundir muchas obras censuradas o excluidas de las instituciones. La activista y coreógrafa Idabell Rosales, presidente de la Fundación Vista Larga ha contribuido en el fortalecimiento del lazo entre intelectuales y miembros de la sociedad civil independiente cubana apoyando estos festivales que son un espacio de verdadero encuentro, reflexión  y diálogo.

Arthaus Habana (2016), dirigido por la curadora Elena Molina que reside entre La Habana y Barcelona, es un espacio de arte que brinda residencia de artistas, y alberga talleres, exhibiciones y proyecciones de cine para artistas locales e internacionales. Organiza en forma paralela a la Bienal, exposiciones y circuitos junto a otros espacios independientes cubanos.

Hay grupos como el de punk rock Porno para Ricardo (1998) que son paradigmáticos en la disidencia artística. Toma especial relevancia en 2003 cuando detienen a su cantante Gorki Águila, hoy muy activo en los proyectos impulsados por Estado de Sats (2010). Esta última iniciativa, encabezada por Antonio Rodiles, nació como un espacio libre de diálogo y para compartir arte y pensamiento crítico, en el cual participaron activamente artistas como Lía Villares, el periodista Boris González Arenas, y la periodista Camila Acosta. Un ámbito que supo en su momento hacer confluir a artistas y a activistas en campañas como Por Otra Cuba, unir esfuerzos en espacios de consensos como el Foro de Derechos Civiles y Libertades y proponer hojas de ruta para la transición democrática como Compromiso Ciudadano.

Kino es una productora independiente cubana, fundada en 2019 por el periodista Yoe Suárez. Ha producido la serie web Ellos cuentan Cuba, sobre periodismo independiente en la isla, y el documental Cuba Crucis, en torno a la libertad de conciencia, entre otros productos comunicativos. También produjo varios episodios del radioshow independiente La Descarga, el videoclip Libres en Fe con tres artistas urbanos que denuncian la falta de libertad religiosa bajo el socialismo.

Estas iniciativas, entre otras muchas, son ejemplos que nos a ayudan a constatar el dinamismo de la comunidad de artistas. También de cómo se fue retroalimentando a sí misma, estableciendo parámetros de solidaridad y colaboración que marcaron precedentes en la lucha pacífica por la democracia en Cuba.