Manifestación 11J

El Basta Ya del pueblo cubano

El 11 de julio ciudadanos cubanos dejaron atrás el manto de miedo con el cual han vivido los últimos 62 años y salieron a las calles masivamente a manifestar su descontento gritando “¡Libertad!”, “¡Patria y Vida!” y “¡Díaz-Canel deja el poder!”, además de quienes pedían alimentos y medicinas.

Comenzó en San Antonio de los Baños, Artemisa, a las afueras de La Habana y de a poco, gracias al acceso a internet en los teléfonos móviles, se fue difundiendo por las redes sociales y se hizo un efecto dominó hasta replicarse en manifestaciones en 58 ciudades del país. Tan masivas, tan representativas del pueblo cubano, con jóvenes, niños, adultos mayores, mujeres de sectores más vulnerables, y trabajadores, que el propio Díaz-Canel esa misma tarde se pronunció llamando a todos los comunistas a enfrentarse a los manifestantes. La censura a internet no se hizo esperar y por cuatro días no se pudo acceder a ello. Los operativos para hacer allanamientos y buscar activistas y manifestantes en sus domicilios, se realizaron durante los primeros 10 días en respuesta a las demandas del pueblo en las calles.

La lista de detenidos y desaparecidos se vio incrementada no sólo porque las protestas continuaron los días posteriores al domingo 11 de julio, sino también porque los boinas negras, policías y los agentes de la Seguridad del Estado, han ido casa por casa a detener y a reprimir a la población en un intento de reinstaurar el terror y aplacar las manifestaciones. Aun cuando los liberan, los manifestantes se van a sus casas con una multa de un monto impagable para el bolsillo del ciudadano cubano, una causa por “desorden público”, “desacato” o “instigación a la violencia”, sino amenazados y en muchas veces golpeados y torturados física y psicológicamente. Los juicios sumarísimos comenzaron a realizarse sin ningún disimulo de la arbitrariedad, sin el debido proceso e incluso en forma colectiva, en un mismo acto, por ejemplo, han condenado a un año de prisión a 11 jóvenes. Para intelectuales y políticos cubanos como Carlos Alberto Montaner, este es el principio del fin del gobierno totalitario de Cuba.

En su discurso, Díaz-Canel pronunció unas palabras que alimentaron el conflicto y la violencia en las calles:

Aquí estamos convocando a todos los revolucionarios del país, a todos los comunistas a que salgan a las calles en cualquiera de los lugares donde se vayan a producir estas provocaciones hoy, desde ahora y en todos estos días, y enfrentarlas con decisión, con firmeza y con valentía.

Según Cubanet hubo al menos un muerto aquel día. El nombre de la víctima es Diubis Laurencio Tejeda, un joven cubano de 36 años a quien oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) dieron muerte de un disparo en la espalda el 12 de julio durante una protesta en el barrio de La Güinera, en La Habana. Ese mismo día liberaron a Denis Solís puesto que tres días antes había cumplido la pena de nueve meses por la cual estaba recluido.

Para profundizar en el impacto de estas protestas se cita el testimonio de Abu Duyanah Tamayo sobre las consecuencias del 11J y la articulación entre artistas, activistas y la ciudadanía:

Las madres de estos familiares que están presos también se han activado y se han empezado a reunir con los activistas, opositores, Damas de Blanco, para averiguar qué tienen que hacer, cómo tienen que hacerlo, ya han perdido ese miedo. La gente alrededor de estos familiares también ha empezado a apoyar, los vecinos. Ya la situación en Cuba no es solo de opositores y activistas en contra del régimen, el pueblo por todo esto que ha pasado, y la manifestación del 11 lo demostró, que hay una parte importante de Cuba que está lista para salir a la calle a protestar porque la situación está difícil, el castrismo no quiere aflojar, más bien lo que hace es ir apretando. La manifestación se dio por toda esta serie de leyes y cosas que el castrismo ha hecho para apretar al pueblo y mantenerse en el poder, pero la situación en Cuba está como de cambio. Esto ha hecho que la gente empiece a manifestarse. En una cola para comprar un pollo se oye a la gente diciendo que el país está mal, que la culpa es de Díaz-Canel, que esto tiene que cambiar; eran cosas que no se oían de la manera en que se están oyendo ahora. Aunque el régimen ha logrado intimidar a alguna gente, por otro lado antes del 11 teníamos menos gente haciendo activismo, denunciando, exigiendo sus derechos, y teníamos el mismo miedo. Ahora algunas gentes específicas, grupos poblacionales, la gente de La Güinera, otras localidades como Palma, Santiago de Cuba, San Antonio de Los Baños, Artemisa, puede que tengan más miedo porque son zonas que se han militarizado, han recogido más gente presa. Pero por lo general hemos ganado porque tenemos más gente denunciando, haciendo oposición que antes del día 11, y en ese sentido es bueno para la Cuba que queremos porque necesitamos que sea el pueblo, porque no creo que nosotros como activistas seamos suficiente para hacer el cambio pero servimos para motivar a los otros. Si nosotros podemos hacerlo los otros cubanos también y eso es lo que ha venido pasando, se ha ido sumando gente, y si antes del 11 teníamos 10 personas, ahora tenemos 20, y aunque hay miedo —porque siempre tenemos miedo— ahora somos más.