Luis Manuel Otero Alcántara es un artista de performance y un auténtico activista. Sin duda, es un artista que, desde su accionar en el Museo de la Disidencia y el Movimiento San Isidro ha logrado inyectar nueva esperanza al movimiento pro democrático cubano y generó un efecto en la comunidad de artistas sin igual. Con su frase “Estamos Conectados”, que se convirtió en hashtag para las redes sociales, se resume esta idea de hermandad, de reconstrucción de tejido social, de solidaridad, pues transmite la idea que el destino de la nación depende de los cubanos en comunidad.

La sede del Museo de la Disidencia es la casa de Otero Alcántara, que se encuentra ubicada en el barrio de San Isidro, por el cual se nombró al MSI. En el barrio no sólo quieren a Otero Alcántara, sino que han adoptado a otros miembros del MSI, por ello, cuando la policía política quiso detener a Maykel Osorbo, los vecinos intervinieron por él, algo bastante difícil que suceda en una sociedad que vive bajo un gobierno totalitario.

A él lo han acusado de ultrajar los símbolos patrios por su performance con la bandera cubana, por lo cual la fiscalía pedía 5 años de prisión. Este fue uno de los puntos, en marzo de 2020, en los cuales la comunidad de artistas, incluso quienes no eran críticos al gobierno, se organizó para levantar la voz por él para pedir su liberación. La Seguridad del Estado se ha ensañado con él, pues a pesar del récord de detenciones arbitrarias que duran horas, o días según el tiempo de los interrogatorios y torturas, el artista ha mantenido su espíritu fuerte, siendo fiel a sus convicciones, a su deseo de libertad.

En la actualidad está preso desde que se unió a la manifestación del 11 de julio de 2021. Se ha plantado, es decir, que en prisión ha mantenido huelgas de hambre, ha renunciado a recibir visitas y a la comunicación y otros derechos que tiene toda persona privada de libertad, porque en definitiva él no debería estar preso.

A continuación se mencionan hitos que hablan del nivel de hartazgo por tanta represión. Tras su última performance por la libertad en abril de 2021, la seguridad allanó su vivienda y destruyó sus obras. Cuando arremetieron contra su arte, lo hicieron contra su persona, la esencia de su ser. A partir de allí viene la huelga de hambre en protesta y todo el drama de la represión y artilugios del régimen totalitario con la detención en el hospital, la propaganda de desprestigio, entre otras acciones que parecen sacadas de una película de la guerra fría.

Así como el de caso de Otero Alcántara, están los casos del rapero Maykel Osorbo y de Tania Bruguera, artistas con impacto internacional que movilizan internamente y son referentes, que también han sufrido constantemente actos de repudio, detenciones arbitrarias, interrogatorios, y amenazas.