Por Micaela Hierro Dori *

 

Félix Navarro Rodríguez es un profesor de Física, católico, esposo y padre, pero sobretodo un ciudadano comprometido, comprometido con la verdad, la justicia, con su familia, sus vecinos de Perico de la provincia de Matanzas, con el pueblo cubano.  

La primera vez que fue arrestado, en 1992, su hija Sayli tenía sólo 6 años. Fue llevado a prisión arbitrariamente acusado de “propaganda enemiga”. Al ser liberado 20 meses después, se adhiere al Partido Solidaridad Democrática. Años más tarde, ya en mayo de 1999, funda el Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel Abraham junto a Iván Hernández Carrillo, Pedro Hildo Rojas Roque, Sergio González Suárez Inclán, Jesús Salazar García, Félix Pérez Palenzuela, Tomás Fernández Tihert, Lázaro de la Paz Abella, Eladio Esteban Guerrero Pérez, y Emilio Bringas Dévora. 

En los primeros años del siglo XXI se constituye en un gran colaborador del Proyecto Varela, reuniendo firmas junto a tantos militantes del Partido Pedro Luis Boitel hasta su presentación ante la Asamblea Nacional del Poder Popular en 2002. Consecuentemente, es víctima de la ola represiva de la Primavera Negra del 18 de marzo de 2003 y prisionero de conciencia del grupo de los 75. 

Fue liberado el 23 de marzo de 2011 junto a otros 116 presos políticos y fue de los pocos que no aceptó el exilio forzado impuesto por el régimen, por lo que hasta la fecha cumple una licencia extrapenal. El 24 de julio de 2012 cuando asiste al funeral de su amigo Oswaldo Payá Sardiñas fue uno de los activistas detenidos arbitrariamente. Entre febrero de 2013 y diciembre de 2014 presidió la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), iniciativa que había impulsado José Daniel Ferrer en el año 2011 y que entre 2012 y 2014 funcionó como una coalición de partidos y de líderes de la oposición, ex presos políticos del grupo de los 75 y Guillermo Coco Fariñas de FANTU. 

Con vocación siempre al diálogo y a la cooperación ha participado en once iniciativas de la sociedad civil cubana independiente que buscaron, sea con declaraciones consensuadas, campañas, plataformas, aunar esfuerzos en la lucha pacífica por la libertad y democracia en Cuba.

 

MHD: ¿Podría compartir en qué iniciativas de diálogo y consenso ha participado y por qué?

FNR: Creo haber participado en Concilio Cubano, Proyecto Varela, Todos Unidos, El Camino del Pueblo, Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana, Foro por los Derechos y Libertades, Encuentro Nacional Cubano, Mesa de la Unidad de Acción Democrática, Cuba Decide, Otro 18 y Patria y Vida. 

Soy de la opinión, de que todos los proyectos o iniciativas que surjan buscando una Cuba libre y democrática, debieran ser apoyados por quienes estamos comprometidos en esta lucha. Y en consecuencia me he proyectado. Si así pienso, ¿por qué no los he apoyado a todos? Sencillamente, primero, porque al surgir la Plataforma Democrática Cubana, en el año 1990, yo me desempeñaba como  profesor en el Sistematización Nacional de Enseñanza. Segundo: porque los proyectos que surgieron y se desarrollaron en el período que va de marzo de 2003 a marzo de 2011, me encontraba cumpliendo condena como parte del Grupo de los 75 Prisioneros de la Primavera Negra de 2003. Tercero, no he colaborado con el Proyecto Emilia, debido a que ninguno de sus impulsores, incluido su creador, nunca se han dirigido a mi organización para llamarnos a la colaboración. Algo similar ocurrió con Sin 349/ No al 349, en el año 2018 y a Pasos de Cambio, en el 2019.

 

MHD: ¿Qué experiencias y saldo positivo puede rescatar de ellas? 

FNR: Usted bien sabe que de todo en la vida se sacan experiencias. La principal de todas, fue el aprender a trabajar en equipo y entre personas que buscamos un objetivo común: la libertad de la Patria, pero donde todos los puntos de vista no eran iguales, ya sea por la proyección ideológica, la zona geográfica donde vives, las costumbres de generación, la formación académica, […] Y algo muy importante: pudiste aquilatar los verdaderos intereses de cada uno de los participantes, las fortalezas, firmezas y debilidades de quienes te acompañan en la empresa y eso te sirve para saber con quién cerrar filas en cada momento y con quiénes tienes que hacer esta labor o aquélla y quién es el más completo o capacitado para ésta o aquélla misión. Y ¿por qué no? llegas a cerciorarte de por culpa de quién las proyecciones no fructifican.

Cuando logramos la unidad con el Foro Antitotalitario Unido (FANTU) articulamos un bloque entre las provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus, Cienfuegos y Matanzas, como parte del Foro por los Derechos y Libertades (FDL) y con ellas se puso en práctica una estrategia diseñada por el Licenciado Guillermo «Coco» Fariñas Hernández, que dio colorido y excelentes resultados (que hoy el Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel Abraham continúa usando) y fue precisamente, convocar a la membresía hacia las Estaciones municipales de la Policía, de toda la demarcación que abarcaba la COALICIÓN, al producirse el arresto de alguno de los miembros de la misma. Para ello se creó un Reglamento, donde la jefatura era asumida por el jefe del territorio dónde se habían producido los arrestos y éste era quien decidía la hora de plantarse y el momento de la retirada,  una vez liberados los detenidos.

Como los principales obstáculos que impidieron el éxito de los diferentes proyectos o iniciativas, señalo a la permanente actuación de la policía política del régimen, tratando de amplificar el miedo y el terror en los activistas y líderes, haciéndoles creer en un inminente encarcelamiento, si no abandonaban las filas de la oposición o acogerte al exilio – hasta les resolvieron pasaje a algunos para que se fueran para otros países.

También resultaron otros escollos: la falta de respaldo unitario a los proyectos. Se comenzó con buen auge, pero se adoptaban acuerdos por mayoría y no por consenso y se rechazaron propuestas viables, porque no eran del agrado de alguien importante. Propuestas que de haberse aprobado, el éxito habría sido real y obtenido una considerable ventaja para las fuerzas anticastristas a través de un importante respaldo de la población, que al comprobar la ventaja, se habría sumado a las filas contestatarias, en números considerables.

De los diferentes proyectos pasados y actuales, me expreso con satisfacción sobre el Proyecto Varela, la Mesa de la Unidad de Acción Democrática (MUAD), de Cuba Decide y sobre Compromiso Democrático  (las escribo por su orden cronológico) porque les vi y les veo grandes perspectivas.

El Proyecto Varela fue, en su tiempo, el que más población movilizó. Fueron once mil veinte firmas (11,020) como Gran Éxito, porque se sobrecumplió con las diez mil que exigía la ley de leyes. Y al lograrlo, puso en tres (3) y dos (2) a Fidel Castro Ruz, al extremo que se vio obligado a una jugada sucia, pero que expuso ante el mundo que no era capaz de respetar ni sus propias leyes.

La MUAD fue articulada en el 2015 y todavía perdura, con el respaldo de más de treinta (30) agrupaciones contestatarias que no la abandonan y ¡MUY IMPORTANTE!, la MUAD mantiene una excelente relación de confraternidad y apoyo con el resto de los proyectos, contra quienes no pone en práctica campaña de descrédito alguno, hacia las otras iniciativas, pues considera que la acción mancomunada entre los proyectos existentes,  logrará el fin de la cruel y criminal dictadura que sufrimos.

 

MHD: El Movimiento San Isidro (MSI) hizo un llamado al diálogo en el marco de la campaña Patria y Vida. ¿Cómo ha respondido a este llamado y qué considera diferente en esta oportunidad a otros llamados al diálogo?

FNR: Estamos incluidos entre quienes acudiremos al diálogo, como hacemos  cada  vez que tocan a nuestras puertas. Vemos cosas diferentes. Como por ejemplo, que los convocantes son intelectuales,  artistas y profesionales, pero jóvenes; que dicho diálogo será de manera virtual por razones de la COVID-19 y que será entre las organizaciones de la sociedad civil  al menos en su primera parte.

 

MHD: ¿Qué opinas sobre el establecimiento de diálogo con el régimen? ¿Depende de la sociedad civil, de la ciudadanía o del régimen mismo? Si el régimen estuviera dispuesto a dialogar con los actores de la sociedad civil, ¿usted se sumaría a esa mesa de diálogo? ¿Qué condiciones pondría?

FNR: Por un problema de momentos yo pienso que es así: cada cubano que está en la oposición se mide mucho a la hora de definir esa respuesta. Yo no me mido, yo lo que digo es que el don de la palabra es el don más preciado que nos ha dado Dios. Generalmente los conflictos se resuelven en la mesa de negociación. Lo que si yo defiendo a capa y espada, yo dialogo, el diálogo es entre dos o más personas, yo hablo solo, pero cuando estoy con otra persona estoy dialogando. Cuando me dicen algo yo respondo lo que conozco y lo que quiero. Esa es mi condición fundamental. 

Desde que te arrestan, desde el primer momento en que te preguntan como te llamas o cuando te piden el carnet y tú se lo das, estás dialogando. Lo importante es mantener tus principios sobre encima de todo, pero todo conflicto se resuelve en la mesa de negociaciones. El régimen no quiere dialogar, hay opositores que también dicen eso pero cuando se enfrentan a la policía, a la seguridad del estado hablan, dialogan porque hablan con ese policía, ¿qué hablan? lo que surge en el momento, “no me puedes pegar, estás violando la ley cubana, que no sirve pero la estás violando porque no me puedes golpear, ninguna ley cubana dice que usted me puede golpear”. Ahí se está dialogando. 

Yo me sentaría en una mesa de negociación para pedir lo que estamos pidiendo, lo que pedimos siempre: El fin de la dictadura tiene que reconocer a la oposición, a los diferentes colores de la oposición, tiene que liberar a los presos políticos, tiene que llamarse a elecciones libres y multipartidistas con fiscalización internacional de organismos de probada experiencia y transparencia. Eso es lo que estamos pidiendo en todo momento.

El 15 de julio de 2011 hubo un acto de repudio aquí en mi casa, yo había sido liberado en marzo de ese año, ese día teníamos una reunión de mi partido, y nos enteramos por la gritería y yo salí. No hubo consignas de gritar agresiones, ni ofensa como mercenarios ni nada de eso, no hubo violencia pero cuando comenzaron a gritar consignas como “Viva Fidel” “Viva el Partido Comunista”. Luego nos enteramos que dijeron “oye, estamos yendo para allá, y tienen que gritar todo el tiempo, no los dejen hablar porque si los dejan hablar los convencen”. Quiere decir que el diálogo es importantísimo señores.  Pero dialogar no es quedar bien con el otro, dialogar es decir lo que tú quieres decir, ese es el diálogo. Ahí estaríamos todos los cubanos dispuestos. Yo al menos estoy dispuesto.

*  Especialista en fortalecimiento de la sociedad civil, liderazgo e innovación democrática.