Iris Ruiz es actriz y activista desde hace dos décadas, miembro del Grupo Omni Zona Franca, y ahora del Movimiento San Isidro, conformó una familia numerosa con el también activista de derechos humanos Amaury Pacheco y contribuyó en proyectos de arte independientes desde los Festivales de Poesía Sin Fin a la 00 BIenal de La Habana, y de campañas como No Al 349 y La Bandera es de Todos.

«Nosotros estábamos viviendo en un contexto de mucha alegría, de mucha reconexión, después de un tiempo que estaba todo como apagado, en silencio. Fue un trabajo con una nueva generación, como Luis Manuel Otero Alcántara y Yanelys Núñez que estaban retomando estas ideas, estaban resolviendo todas estas nuevas improntas del arte desde los espacios públicos, volviendo a levantar el arte contestatario, el arte empírico, el arte más al margen, y esto para nosotros fue un gran alegría, y cuando digo nosotros estoy hablando del caso mío y Amaury, porque nosotros salíamos de un proceso de deconstrucción tan importante como fue la década del 2000 para los movimientos alternativos e independientes en Cuba. 

Y estábamos en un proceso donde pensábamos que eso no podía ser levantado, porque habían exiliado a muchísimos artistas, había mucho silencio cuando nos encontramos otra vez con Yanelys y Luis Manuel que traen esta energía de una nueva generación queriendo crear. Además, esta idea que habían ya ellos propuesto y que estaban trabajando, del Museo de la Disidencia en Cuba. Estábamos en medio de un contexto donde pudimos hacer producciones allí en el Museo de la Disidencia, hicimos otra vez como un homenaje, recordatorio, “Poesía Sin Fin” una vez más en el 2017, y ya bueno habíamos encontrado el espacio de la propuesta de la 00 Bienal de La Habana. 

Aunque por supuesto recibimos la vigilancia, la represión, el hostigamiento, porque eso siempre ha sido una constante desde hace décadas dentro del arte alternativo y el arte público, y dentro del arte que siempre ha querido independizarse de alguna manera y que es empírico, es una constante la vigilancia y la represión. Pero, no obstante, nosotros veníamos defendiendo desde el espacio de Poesía Sin Fin el poder trabajar en nuestras casas, el poder hacer en festival en nuestras casas (que fue el último reducto que nos dejaron), y que era un espacio que al menos se podía sostener, porque por ejemplo festivales como lo que había sido “Rotilla”, que eran de gran formato y donde participaban más de 5000 personas, durante un fin de semana, en una playa, este festival lleva conversaciones, diálogo (por supuesto, con el gobierno cubano). A nivel de gestión y seguridad se requería, porque hablamos de la movilización de cinco mil personas de la ciudad hacia la playa. 

En el caso del Festival “Poesía sin fin”, era un festival con un formato más pequeño, que se hacía en un taller, en una esquina de una casa de cultura, en un local de una casa. Si nosotros habíamos declarado el festival de categoría internacional fue por la participación de artistas y el reconocimiento de artistas internacionales que venían a apoyarnos y a participar. A nivel nacional traíamos artistas, poetas de toda Cuba a participar, pero era una autogestión, otro formato, porque las lecturas de poesía nunca son para un gran formato. 

Los espacios más públicos, de más impacto referente a esa gestión fue la “peregrinación al rincón” que se hizo hasta con 200 personas, era una caminata desde la ciudad deportiva al rincón de San Lázaro, 42 km caminando con un garabato encima, una peregrinación que se hacía por la poesía, por la salud de las fuerzas ocultas del pueblo. Incluso se logró que la disidencia y oposición participaran en este evento. 

Al ser este festival de la Poesía Sin Fin de un pequeño formato, al ministerio querer llegar e interrumpir y prohibirlo, la respuesta del staff de 52 artistas fue que no se podía interrumpir lo que no era suyo, lo que podían era sacarnos del local, el festival es nuestro y lo vamos a hacer en nuestras casas. Y en efecto el festival fue sacado de la institución y lo pudimos amplificar luego de eso, llevándolo a las casas de los artistas. Se cambiaban las zonas del festival y se fue ampliando. 

Ese espacio desde el 2009 hasta el 2014 se mantuvo funcionando así, donde por cuestiones de logística, hostigamiento, vigilancia, acoso a los artistas, además de la mengua del nivel de gestión y fondos, emigraron una gran cantidad de artistas, y por este motivo termina cayendo el festival. Pero, ese reducto de las casas que nos había quedado y que habíamos podido defender hasta el 2014, lo retomamos con el Museo de la Disidencia que aparece con una sede en Damas 955 en el barrio de San Isidro, donde podemos retomar ahora estos espacios culturales, artísticos, cívicos, de todo este corte alternativo e independiente, ahora ya con más independencia todavía. 

Al estar nosotros con todo esto independiente, usando la metodología de las casas, ahí es donde aparece una respuesta del gobierno como el 349, que lo que nos quita definitivamente es ese espacio, es ni en tu casa, para eso tendrías que tener el permiso expreso del Ministerio de Cultura. De lo contrario eres penalizado, te ponen una multa y te decomisan todo tu material de trabajo, además de quedar como un antecedente penal. La respuesta al 349 en abril del 2018 fue defender el único espacio que les quedaba donde podían ser un poco libres.»

Manifestación en el Capitolio

«En Cuba no hay una cultura de leyes, además de su ciudadanía ausente, que no tiene espacios de formación. El pueblo cubano no tiene conocimiento de los cambios que sufren las leyes. Los cambios que hay a nivel jurídico se dan a través de decretos leyes. Incluso, con la 349 pasó que nos enteramos (el Movimiento San Isidro) a través de los cubanos de afuera. 

Ese nivel de encuentro entre ambos cubanos, gracias al internet, ha sido demasiado valioso. No habían pasado dos días cuando ya estábamos planificando un performance de protesta en el capitolio. Al día siguiente fuimos al capitolio, y no se pudo  efectuar lo planificado, porque llegaron patrullas directo a las escaleras del Capitolio, se llevaron preso a Luis Manuel y los demás quedan a la espera de qué hacer. Yanelys decide avanzar ella con el acto, pero la policía igual les quita los carteles, se llevan detenido al resto del equipo (a Yanelys no porque estaba toda cubierta de caca). A mi me sueltan por compasión, por no dejar a mis hijos solos, y llama a Yanelys, van a la casa y deciden subirla, pero también deciden hacer una campaña del evento. Porque si parte del equipo estaba preso, sin saber qué pasaría con ellos, la gente tenía que saber que eso no era en vano, sino que era por un decreto que los iba afectar muchísimo. Al resto del grupo lo sueltan a los cuatro días, gracias a la campaña y presión por redes. 

Cuando ya están todos libres es cuando comenzamos a prepararnos más para la campaña, siendo la primera parte por cubrir los aspectos legales con Cubalex. Ahí comenzó una conversación que ya veníamos hace años trabajando desde el 2011.

El 21 de julio fue el acto en el Capitolio, y a partir de ahí nosotros comenzamos con la campaña. Yanelys y LuisMa se encargaron de la planificación. Empezamos a hacer acciones con artistas con toda la infraestructura armada ya teníamos el contacto con los artistas que se sumaron. Llamamos a un debate donde participaron periodistas, artistas, alternativos, y comenzamos a debatir sobre los aspectos que en realidad nos dañan y perjudican a raíz de este decreto. Y es ahí donde se comienzan a sumar nuevos actores. 

El 11 de agosto llamamos a un concierto saltando lo dictado en la 349. Ese día desde las 12 del día se llevan detenido a Yamelis y a Luisma, además cierran la cuadra con un cerco policial como siempre. Y ya a partir de la tarde que comenzó a llegar todo el mundo, tuvimos un diálogo con la seguridad del Estado. La discusión era que los cuerpos de seguridad comparaban el realizar ese concierto con poner bombas, y yo decía ¿¿cómo que poner bombas??»

Inicio de la Campaña No Al 349

«Se hicieron peticiones, debates públicos, cuestiones culturales y artísticas. Después estuvimos haciendo foto peticiones en internet para hacer carteles que se llamaban juntos podemos, con un # cada quien podía poner su frase, y así visibilizar más apoyo. La campaña del No Al 349 tuvo muchísima creatividad. 

Nosotros llevábamos una línea de trabajo bajo la cual surgieron muchísimas iniciativas, y se descentralizó por completo esa única dirección. Y surge  el grupo de Sin 349, que es un grupo que todavía tiene conversaciones con el ministerio, con un diálogo establecido, a esos artistas si les dan el espacio de diálogo, porque lo coordinaron a su manera, fuera de nosotros. 

Coordinamos con Tania y con Abel, que la idea del partido de fútbol fue a partir de un debate público, y allí había salido una serie de ideas, ésta del partido la retomamos casi al final de la campaña para hacerla con los de Sin 349 y entre los dos grupos lo llevamos adelante.

Cuando hablamos lo del 11 de agosto es porque es ahí donde nosotros determinamos ser Movimiento San Isidro, nosotros no éramos movimiento, nosotros estábamos entre todos juntos llevando la campaña, determinamos ser movimiento ese día cuando nos reprimen y sale la gente de San Isidro a defender a los artistas y evitar que nos lleven detenidos, botando a la seguridad de ahí. Días después reunidos en casa de Michel Matos decidimos que teníamos que ser un movimiento, y además que teníamos que llamarnos Movimiento San Isidro.

Ahí estábamos Michel Matos, Xoandry Ríos, Verónica Vega, Amaury Pacheco y yo (Yanelys y Luis Manuel habían salido para Inglaterra). Nosotros hacemos una llamada a Luisma y a Yanelys, y conversamos entre todos el ser un movimiento y además llamarnos Movimiento San Isidro. Es ahí donde queda establecido.

Xoandry desde el principio nos estuvo diciendo para crear una estructura y dar talleres, pero nosotros decíamos que todavía no era el momento por los ataques constantes y necesitábamos podernos dispersar y tener más margen de respuesta y de acción.»

 

Maykel Osorbo detenido por la campaña del No AL 349

«La agencia cubana le da a Maykel Osorbo un espacio para que haga un concierto en la madriguera, Maikel llama a Amaury y nos conseguimos en La Habana (Maykel cantaba desde siempre en los eventos de Poesía Sin Fin), y cuando el concierto del 11 de agosto él no estaba como rapero, pero de los que apoyaron a Amaury y lo sacan de la patrulla y lo defienden cuando la policía lo tira contra el piso, está Maykel. Amaury le dice que se fuera de ahí y lo van a llevar detenido, Maykel sale, pero más adelante en septiembre llama a Amaury y le dice que va a dar el concierto y va hablar de la campaña. 

Efectivamente da el concierto y estaban presente varios de la campaña para apoyar del concierto, pero al día siguiente Maykel es arrestado y luego cumple un año de prisión por el 349. Entonces ahí empezamos con la campaña de #FreeMaykel y es el tiempo donde empezamos a hacer una incidencia internacional, es el tiempo en que vamos a México, Argentina, Chile, Colombia y ahí empezamos a tener un diálogo con Latinoamérica, conversaciones con las comunidades de intelectuales, y con las organizaciones de Derechos Humanos que trabajan en la región.

No todos son miembros, hay miembros y voluntarios, simpatizantes que van y participan, y además están los beneficiarios. El Movimiento San Isidro se forma con una visión de la defensa y promoción de los derechos artísticos, todo lo que tenga que ver con la libertad de expresión y asociación en torno a la cultura en Cuba. Al ser esa nuestra visión y haber personas como Denis Solís que estaban junto a nosotros desde el Museo de la Disidencia, porque es un muchacho del barrio que le gusta cantar, y es invitado a participar y es parte de nuestro trabajo. Y al tener que defender los derechos y Denis al ser independiente y no es categorizado como artista desde el ministerio, lo asumimos como un caso del Movimiento San Isidro, y tiene protagonismo dentro del movimiento artístico.