María Elena es poeta cubana nacida en Colón en 1953, fue conocida como una de las principales intelectuales, miembro del espacio opositor Criterio Alternativo que impulsó la publicación de la Carta Abierta a Fidel Castro el 31 de Mayo de 1991, conocida como la Carta de los Diez, que la llevó a ser detenida arbitrariamente, víctima de un juicio sumario, y condena aprisión por razones políticas dodne además sufrió de tortura blanca. Finalmente cuando la liberan, al tiempo después del hostigamiento, el aislamiento se exilió. Hoy ejerce el periodismo y nos recuerda lo que pensó y sintió con el fusilamiento del General Ochoa en 1989, y esos primeros momentos después de caído el Muro de Berlín, cuando muchos cubanos creían que la caída del comunismo en Europa significaría también la caída del comunismo en Cuba.
MHD: ¿Puede contarnos sobre Criterio Alternativo, y Concertación Democrática, esos primeros espacios de diálogo de la oposición cubana a principios de los años noventa?
MECV: Todo fue un proceso. Cuando yo tomé la decisión de que había que hacer algo fue que me involucré más en todo ese movimiento. Yo veía todo el mundo aplaudiendo, y no entendía porque lo hacían, no sentía lo que ellos sentían (los militares). A la larga la historia y la práctica me dieron la razón, es como un embudo, la parte que te toca. El detonante para mí, la decisión la tomé con mis dos hijos, y recuerdo haber escuchado el discurso de Raúl Castro, quien es lo más lejano que pudo haber de un comunicador, y en ese momento les dije a mis hijos, aquí solo van a sobrevivir los fuertes y los inteligentes.
En mi casa se congregaba una cantidad de personas de diferentes pensamientos y comportamientos, pero todos eran detractores del sistema cubano. Con la caída del muro de Berlín y la unión soviética había mucha esperanza en el gremio de artistas de que iban a avanzar. Todo el mundo pensaba que, si habíamos seguido a la unión soviética hasta ahí, el régimen cubano iba a llegar hasta ahí. Llegó mucho cine soviético a Cuba, mucho de ese material era bueno, pero era una campaña para lavar la mente.
Stalin mató muchos más comunistas que cualquier otra persona del mundo. Él decía que había que matarlos a todos porque la manzana nunca cae lejos del manzano, y con ese razonamiento eliminaba a quienes pensaban en contra de él, y mandaba familias completas en un tren a Siberia.
Más adelante me sume a Criterio Alternativo, donde teníamos pensamientos distintos al comunismo y fuimos reuniéndonos en mi casa porque yo tenía problemas para transportarme. Pujols se alojaba en mi casa y tuvimos un problema en mi casa, por lo que se fue de ese grupo que se reunía en mi casa. Nosotros fuimos el primer grupo que se declaró de oposición. No me gustan las medias tintas, y el miedo es el peor enemigo que tiene el ser humano.
MHD: ¿Quiénes eran los más activos de criterio alternativo?
MECV: Luque, había entrado Fernando Velásquez, Gabriel Aguado, sumamente fundamental su papel en CA. Pastor Herrera también había entrado y éramos ya unos cuantos, luego comenzó a crecer brutalmente.
La idea era hacer cosas concretas, pequeñas proclamas que Aguado se encargaba de hacer. Un día Fernando Velázquez Medina me dice por qué no hacemos una declaración para los intelectuales cubanos, de una firmaron diez el documento, luego se fueron sumando más personas. Se difundió el 31 de mayo de hace treinta años. Ese año se realizaron los juegos panamericanos, y la embajadora de USA ante la ONU o la OEA (Harriet), con ella sacamos la primera información pública. Creo que en aquel momento era esposa de un gobernador, que no recuerdo cual.
MHD: ¿Ustedes se conocían?
MECV: Yo nunca tuve relaciones con la oficina de intereses, fue casualidad.
MHD: Ella ayudó a difundir, pero ¿quién fue el contacto?
MECV: Dos veces nos vimos ella y yo en una cafetería con Jorge Domínguez. Nos encontramos cuando salí a Estados Unidos. Hablamos del levantamiento del embargo y esas cosas, tenían la intención de jalarme a su lado. Yo nunca fui de nadie.
Luego de eso se difundió la carta de los intelectuales, no nos metieron presos por eso, pero la vigilancia se acrecentó. Una de las cosas que yo nunca quise hacer fue nada clandestino, todo fue a la luz pública. Ya después el ataque a mi casa fue después de la declaración de los intelectuales, que yo sabía que esa no me la iban a dejar pasar. Cuando fue el presidente del principado de Asturias y nos reunimos Elisandro Sánchez, Camilo Rentano. Yo llevaba un informe. Había una paranoia sobre si miembros de la seguridad del estado iban a las reuniones, yo no perdía tiempo en eso, al final si hacían las tareas que se le encargaran, en ese momento no estaba trabajando para ellos, aunque luego fuera e informara. Igualmente, no éramos un grupo clandestino, así que no había mucho que perder, porque la información no era 100% secreta. Esa paranoia separaba a la gente del grupo.
Luego de la reunión del diplomático español que me dejó en mi casa, le dije que me abrazara porque no nos íbamos a volver a ver. Al día siguiente la seguridad del estado fue a mi casa. Ese diplomático fue el único mandatario que se reunió con miembros de la oposición cubana. Años después me cuenta que ese día el comandante en jefe fue a visitarlo al aeropuerto, y cuando llega él le dice “usted se estaba reuniendo con enemigos”, (a lo que respondió) “en lo personal vi una mujer muy inteligente con una visión muy clara de la situación cubana, ustedes deberían ponerse en contacto con ella y conversar”, el militar se molestó tanto que pateó una silla.
Entonces ahí fue donde el comandante que ya estaba bueno conmigo, fueron a mi casa y me tuvieron detenida tres días sin poder bañarme ni nada, luego me llevaron a una estación con toda la plana del ejército. Eso fue en noviembre del 91.
MHD: En ese ínterin de publicar la carta y ser detenida ¿ustedes seguían realizando acciones?
MECV: Yo amaba eso de cartas y octavillas. Todo lo firmaba con mi dirección a puño y letra. Los chicos, Aguado y mi hermano me decían que Criterio Alternativo ya había dejado de ser un grupo de pensamiento. Ellos iban a las paradas de autobuses, colocaban los papeles en el techo y cuando el autobús arrancaba dispersaba eso por todas partes y nadie sabía quién lo había hecho. Yo tenía una tesis romántica de que cuando no hacíamos algo estábamos conviviendo con ellos, y eso no podía ser así. Nunca creí que íbamos a tumbar el gobierno, aunque siempre me acusaron de ambiciosa.
MHD: ¿Cuánto tiempo estuvo detenida?
MECV: Un poquito más de un mes y luego de un juicio rápido me llevan a la cárcel. Fue rápido para evitar el escándalo internacional de parte de organizaciones defensoras de derechos humanos. Me asignaron un abogado defensor que conocí diez minutos antes, el cual estaba súper aterrado. La petición fiscal era de 15 años y me condenaron a 2 años. Y me liberaron a los pocos meses, en una casa con libertad condicional, de ahí me escapé. Mi hijo estaba con su papá y mi hija cumplió la mayoría de edad estando en la cárcel, primero fue para España con la hija de José Luis Pujols y luego vino conmigo a Miami donde yo tenía familia. Yo después de prisión no hice más nada, ahí estuve un poquito menos de un año.
Que yo recuerde la concertación democrática solo hicimos la presentación. Querían que yo fuera la vocera y yo no quería. Criterio Alternativo decidió ir porque no nos íbamos a quedar fuera, no íbamos a negar la unidad, aunque eso se construye en objetivos determinados, no es algo etéreo. Si tenemos unidad de propósitos nos podemos aliar, pero esa concertación no tenía claro ni siquiera sobre qué iban a unirse.
MHD: ¿Qué grupos estaban ahí?
MECV: En aquella época había unas características muy curiosas, y es que tres o dos personas eran un grupo. Hoy hay una sociedad que me maravilla sobre la cantidad de espacios que hay y nadie se los ha regalado, a los actores sociales, activistas, periodistas independientes, cada cual con sus tendencias. Eso no existía en aquella época, porque la gente tenía mucho más miedo. Está en cambio es gente muy joven, que no conocen la historia de la represión, sobre los fusilamientos, las torturas, ese horror.
MHD: ¿Criterio alternativo se disolvió luego de que usted fuera detenida?
MECV: Algunos miembros querían mantenerlo activo, pero no lo lograron, y creo que eso fue un error.
MHD: De aquella época ¿qué activistas o artistas recuerda que estén activos?
MECV: Iban muchos, pero no recuerdo, la mayoría están en el exilio. Pasé un tiempo en el hospital y la seguridad del estado me tuvo un mes con una luz intensa a menos de un metro de mi cabeza, encendida todo el día (tortura blanca), y a partir de ahí me borraron un poquito el rollo. Fernando debe tener más claro el contenido de la carta de los intelectuales. La experiencia de la cárcel me hizo revalorizar toda mi visión de las mujeres y los seres humanos.
No pertenezco a ningún grupo de oposición, ni dentro ni fuera de Cuba, no quiero. No soy una persona de vociferar, y puede que no esté de acuerdo con alguna acción de la oposición cubana, pero no soy capaz de hacer una crítica pública porque creo que moralmente no tengo ningún derecho. A muchos de los jóvenes activistas los veo y los miro con un cariño fraternal, les deseo todo lo mejor, porque sé que es su tiempo y poco a poco lo han hecho bien. No es mi tempo, ellos son los actores. Ya ahorita puedo mandar al carajo a un montón de gente.
MHD: ¿Qué opinas de esos espacios de diálogo?
MECV: Yo creo que el diálogo solo se puede hacer con iguales, pero con el régimen no porque ellos están en estado de supervivencia, si les das un clavo ardiendo te van a soltar tres migajas y te van a tener ahí todavía.
MHD: ¿Y qué opinas del diálogo de la sociedad civil con los actores y las organizaciones? Cómo lograr la unidad entre todos para protestar.
MECV: Yo me emocioné con el 27N no por el diálogo, sino por la movilización espontánea que surgió por un pensamiento colectivo.
*Entrevista realizada por Micaela Hierro Dori el 29 de Mayo de 2021