Kathy Bisquet, poeta nacida en Ciudad Nuclear en 1992, es licenciada en Letras por la Universidad de La Habana, ha sido becaria del INSTAR y ha publicado numerosos artículos y ensayos en respetadas revistas.
En noviembre del 2020 fue una de las acuarteladas en la sede del Movimiento San Isidro, y participantes del diálogo con el Viceministro de Cultura, junto a otros artistas con quienes había colaborado en 2018 organizando la 00 Bienal de La Habana o participado en actividades denunciando el decreto 349.
Micaela Hierro Dori (MHD): ¿Qué significa para ti diálogo?
Kathy: Hay un estigma de lo que significa hablar con la dictadura, porque para muchos eso significa pactar con ellos. Existe un rebote de cómo la misma oposición ha sido ninguneada y no ha sido reconocida, el hecho de hablar con la dictadura se pinta como legitimarla. Y entonces muchas personas quieren anular la existencia de esa dictadura, cosa que creo totalmente absurda, porque básicamente estamos generando la misma narrativa del régimen.
Yo ni siquiera usaría la palabra dialogar porque el 7 de noviembre lo que hicimos fue monologar, una catarsis colectiva de todo lo que está pasando, fue ir a demandar a quienes tenían que hacer lo que debían. Entonces ahí no fuimos a mendigar o pedir algo como muchos creían, sino que fuimos a denunciar y hablar sobre todas nuestras inconformidades con los ataques a la cultura, junto a todo lo que había generado la persecución al movimiento san isidro. No fuimos con la ingenuidad que íbamos a tener una tregua y todo iba salir bien, pero si fuimos con la idea de obtener un reconocimiento y respeto a esas libertades que defendemos.
Es que uno va a hablar con ellos no a hacer un voto de silencio, sino a realizar una denuncia por la represión. Para lograr un cambio pacífico hay que ejercer una comunicación con la gente en el poder, sino haces esa estrategia va ser muy difícil lograr un cambio, porque no existe otra manera de avanzar que no sea conversar y exigir como ciudadanos lo que necesitamos y merecemos como un ser humano. Eso es totalmente natural.
MHD: Lo que me estás diciendo es que lo que queda en el camino es perseverar a pesar de la represión. ¿Cuáles serían los pasos a seguir después del 27 de enero?
Kathy: Bueno primero, nosotros no somos soldados de lucha, somos artistas y por esa sensibilidad es que hacemos lo que hacemos. No somos políticos ni queremos crear una carrera. No había más en ese momento que garantizar nuestra integridad y respeto a nuestros derechos, que ya han sido violados hace tiempo.
MHD: Después de lo que sucedió el 27 de enero y lo que venía pasando hace tres años con el Movimiento San Isidro, ¿que piensas que fue lo que cambió para que se vaya sumando a esta demanda legítima más gente que de alguna manera perdió el miedo hasta reunir en frente al Ministerio de Cultura un número de jóvenes artistas y ciudadanos en general que no se habían visto hace mucho tiempo en Cuba?
Kathy: Hay que tomar en cuenta el factor pandemia, el confinamiento y mucho tiempo de reclusión, en el cual esa presión y el alcance de las redes sociales que tienen los artistas a través de sus redes. Por otro lado, creo que otro factor es la voluntad y empatía, junto a las redes que se han creado de contacto directo, en los espacios de protesta, y así vas empatizando con todo tipo de personas. Estamos hablando 10 personas y esas personas son una comunidad, a la cual van y hablan las mismas cosas. Ese noviembre habían muchas personas que nunca se habían metido en nada, pero el hecho de los ataques repetidos a la sede del san isidro crea ya una inconformidad y un enojo de aquellas personas cercanas a tu familia y tus amigos. Teniendo en cuenta que todos están viendo lo que está sucediendo.
MHD: ¿Crees entonces que es replicable, que esto se puede volver a convocar y estas personas van a reaccionar ante la represión o ante algo positivo?
Kathy: No tengo muchos dotes de adivina, hay una situación ahí que hay muchos amigos presos y los tratan de manera despiadada. Yo creo que, sí se podría reivindicar, luego de un tiempo de paz, ahora mismo creo que hay que dejar intervalos de tiempo, porque hay muchas personas cansadas, con depresión, presos, no estamos luchando contra una bobería, en un sistema totalitario y militarizado, que atenta contra tu vida, y por eso hay un miedo real. Ese día las personas vieron el poder de acción de atacar al régimen, de llevarlos presos o matarlos, es convincente la presión que existe, pero a la vez están más despierta y menos dispuestos a seguir igual porque están disconformes. Hay mucha ira acumulada.
MHD: ¿Ustedes siguen abiertos al diálogo con el régimen a pesar de sus respuestas negativas? ¿Seguirán insistiendo o formarán algo distinto?
Kathy: Nosotros seguimos unidos y aglutinados. Sí hay intenciones de diálogo, pero no solo con el poder sino con las organizaciones de la sociedad civil. Yo creo que hay que crear un intercambio democrático con la sociedad civil (para no llamarlo diálogo) es necesario para crear consensos, y ahí partir de un segundo paso que sería un enfrentamiento. Pero lo primero que tiene que ocurrir es ese acercamiento con la sociedad civil, que de alguna manera u otra eso era lo que estaba haciendo el Movimiento San Isidro. Creo que ya es hora de sentarnos con los grupos de oposición, sus líderes y los activistas.
MHD: Diferencias un poco el diálogo con la ciudadanía, grupos organizados y luego el régimen…
Kathy: Es que nosotros no somos un grupo burocrático, aquí todo el mundo tiene su vida y trabaja, tienen otras cosas que hacer. Y a pesar que esto es por el bienestar de todos, hay que tener en cuenta eso. En pocos meses hemos avanzado muchísimo, y hacerlo todo de golpe no es la manera. Primero hay que estar bien mentalmente.
MHD: Lo que se vio desde afuera cuando veíamos el acuartelamiento era como una comunidad, y los pronunciamientos sobre cubanos en el exilio, artistas, intelectuales, todo eso va generando energías positivas a su favor.
Kathy: Las personas que se están manifestando en Madrid son gente que uno conoce, que han estado dentro de Cuba, y ha sido activistas o han militado en oposición, son personas que son nuestros amigos, conocidos y familiares. Cuba es un país chiquito, todo el mundo se conoce, mucho más en La Habana. Digamos que eso lo tenemos a nuestro favor, es una comunidad que todos se conocen. Yo no sabía que iba a suceder ese día, pero fui ese día a ver a mis amigos y quería sentirme bien, a duras penas fui con un amigo y vi a otros, porque estaba la gente que yo quiero, es toda una red y es increíble, y siempre ha estado eso a nuestro favor. Cada día esa red es más grande.
Las energías y el apoyo es muy útil. Lo que me hizo otra persona es ese apoyo que nos dan desde todos los espacios, el saber que iba a salir viva de ahí y que Cuba va a estar mejor, ver a esas personas reunidas por nosotros que estábamos ahí adentro, mientras hablamos de lo que significaba eso, ahí realmente uno se da cuenta de la solidaridad que existe es real. Hay cubanos a los que les importa a Cuba, solo que hay quienes han perdido la fe y la esperanza, pero eso está ahí, en nosotros. Ver a Tito frente a la embajada tocando el violín es increíble. Yo vi a Tito cuando era chico tocando el violín. Es increíble ver el crecimiento en los años, eso te crea confianza y confort de que no vas a estar sola. Y eso en otro tiempo no pasaba, esa red, y eso nos da la confianza de seguir y hacer cualquier cosa. Son otros tiempos, otras energías, hay una juventud que está mucho más desprendida, porque no le debemos nada a ellos. Sentimos a los artistas que han sido masacrados, exiliados y censurados desde los 80’. Por eso cuando me violentaron y volví a ver videos de ataques lo que sentí fue diferente, porque sabía lo que había sufrido esa persona, mi nivel de empatía cambió y creo que eso es lo que nos está pasando a todos.
* Entrevista realizada en el mes de junio de 2021. El 26 de septiembre se dió la lamentable noticia que Katherine Bisquet fue forzada al exilio junto a Hamlet Lavastida que llevaba 90 días privado de libertad.