Luis Trápaga es un pintor cubano, creador de la Galería El Círculo en el año 2004 en su propia casa, donde se han exhibido importantes obras y materiales audiovisuales de la cultura independiente en Cuba. 

 

MHD: Quería que me contaras la historia de la Galería El Círculo, cómo surgió, porqué, y quiénes han sido sus protagonistas.

 

LT: La idea de exponer en nuestro propio espacio comenzó en  2004 durante la Bienal de La Habana, nuestra  primera exhibición fue titulada “Un muro mejor es posible”, con el auspicio y colaboración de Espacio Aglutinador (galería pionera en los espacios independientes en Cuba) dirigida por Sandra Ceballos. En esta primera muestra colectiva participaron: Sandra Ceballos, Rene Quintana, Alfredo Hevia, Fernando Ruiz, Mia Unverzant, y yo. 

Más adelante en 2012 retomamos la idea de exhibir en casa nuestros trabajos y los de otros artistas que considerábamos afines, esta vez con artistas cubanos residentes fuera de Cuba, que por razones diversas habían estado un tiempo sin mostrar sus trabajos en su país de origen. Pero sobre todo por no encontrar un espacio adecuado que pudiera asimilar sus propuestas,  y usando ahora  el nombre de El Círculo para identificar el espacio, tomamos este nombre de una serie de dibujos propios titulada El Círculo vicioso, aunque el titulo en si daba una imagen que podía ser un tanto negativa nos parecía acorde con el espíritu y la energía que nos rodeaba en aquellos momentos en nuestro país, en nuestro contexto, y del cual éramos parte.

A partir de esta fecha, 2012, Lia Villares y yo, en colaboración realizamos, tanto exhibiciones de artes plásticas, fotografías, concursos de fotografía, tertulias literarias, poesía visual, proyecciones de audiovisuales, y piezas de teatro.  Siempre con una postura abierta a cualquier artista que nos trajera sus propuestas para mostrar, artistas que se nos acercaban buscando un espacio para mostrar sus propuestas, espacio que no encontraban en los circuitos oficiales de arte, ya sea porque sus propuestas resultaban incómodas al arte oficial y a la imagen que la política cultural que el gobierno quería dar de Cuba, o porque no contaban con suficientes recursos materiales, económicos,  que le facilitaran acceder a estos circuitos oficiales. Tal vez por estas razones, mostrar artistas y propuestas artísticas que no eran muy bien vistas y que se consideraban incómodas al gobierno, fuimos objeto cada vez con más fuerza de una férrea censura que poco a poco nos fue impidiendo realizar nuestras propuestas, esto se fue agudizando al punto de tomar represalias por parte de los organismos del gobierno contra cualquier intento nuestro de realizar alguna de las actividades que acostumbrábamos, en alguna medida siempre tratamos de encontrar soluciones alternativas de algún tipo para continuar haciendo nuestras propuestas.

MHD: ¿Podrías contarme sobre las adversidades que enfrentó ese espacio independiente o tú mismo, actos de censura u otros que creas oportuno mencionar?

LT: La censura, acoso, represión policial, empezó a ocurrir desde el inicio. En el año 2012 cuando iniciamos lo que sería la segunda etapa en nuestro espacio,  invitamos a dos artistas cubanos residentes en Estados Unidos a exponer con nosotros, Nestor Arenas y Guillermo Portieles, ya en esta ocasión recibimos una citación policial emitida por lo que aquí llamamos la policía política, la citación era para mi Luis Trápaga, como dueño del espacio, a la estación policial para lo que la policía política llama eufemísticamente “conversar”, que no es más que un interrogatorio cuyo guión cerrado consiste, más o menos, en preguntas tanto personales como de la opinión y postura política hacia lo que aquí se llama el gobierno Revolucionario, luego pasa a sugerencias sobre lo que no se debe o se puede hacer, y termina con amenazas de ir a la cárcel si no se acatan estas sugerencias, bajo el abstracto y muy amplio cargo de contrarrevolución. Los dos artistas cubanos residentes en Estados Unidos, Arenas y Portieles, que iban a participar en esta muestra del 2012 también fueron citados por la policía y amenazados con ser expulsados del país con la posibilidad de no poder volver a entrar en caso de no desistir participar en la exposición. A uno de ellos, Nestor Arenas, se le confiscaron sus trabajos de arte a su entrada a Cuba, y solo le fueron devueltos luego de muchas gestiones, cuando salió del país. 

Episodios de esta índole luego se continuaron sucediendo cada vez con más frecuencia, pero de manera aleatoria y un tanto ambivalente, es decir a veces se nos permitía, aún a sabiendas de lo que se trataba, pues no hacíamos ningún intento por ocultar nuestras actividades, más bien las anunciábamos lo más posible, y otras se nos impedía la actividad usando los mecanismos policiales típicos para estas situaciones, que empezaban con una citación policial para mi y para Lia Villares que dirigíamos el espacio, para instarnos a que desistiéramos de realizar la actividad con las amenazas de todo tipo y luego si esto no surtía efecto, como ocurría en casi todos los casos, se nos montaba un operativo policial a la entrada de nuestra vivienda para impedir la entrada de cualquier posible espectador, a los que se les bloqueaba la entrada cuando llegaban, se les pedía su identificación, y se los instaba a retirarse con la amenaza de ir detenidos si no lo hacían.  

Otro hecho de censura y represión policial ocurrió con la proyección del documental NADIE (sobre la vida del poeta Rafael Alcides) de Miguel Coyula, donde se repitió la situación de cerco policial de la casa para impedir la entrada de los espectadores y amenazas de detención a los que insistían en entrar. El documental NADIE ya había sido exhibido una vez anterior, al parecer con más discreción organizativa de nuestra parte, y habíamos tenido mucha asistencia de público con un debate posterior a la proyección, el director Coyula había quedado satisfecho con la proyección y con la asistencia de bastante público, y a instancias de personas que no pudieron asistir y nos pedían poder verlo se trato de hacer una segunda exhibición que fue la que terminó impedida de realizarse.

Otro evento bloqueado, censurado, fue la presentación de la pieza teatral unipersonal Los enemigos del pueblo de Lynn Cruz, donde se repitió el mismo guión de casa bloqueada por la policía y amenazas a los posibles espectadores, este evento si se logró realizar pues la actriz directora decidió realizar la presentación con los dos o tres espectadores que habían logrado entrar antes del cerco policial(de la censura a este evento existen imágenes de video en la web)

Más adelante durante la bienal alternativa Bienal 00, a la cual fuimos invitados por los organizadores a participar en nuestro propio espacio mostrando nuestros propios trabajos, Luis Trápaga y Lia Villares, se repitió el mismo episodio de censura y represión policial tratando de impedir la realización , esta vez también se logró la participación , entrada al espacio , de algunos pocos espectadores que de alguna manera lograron burlar el cerco policial, más tarde por mi participación en esta bienal alternativa se me expulsó del llamado Registro del creador, advertencia amenaza que se me había hecho antes por vía telefónica por algún funcionario no identificado de dicho Registro.

Un detalle curioso, durante la Bienal 00 tanto yo como Lia Villares expusimos nuestros trabajos, en INSTAR y en sede San Isidro, dos de los espacios alternativos participantes en esta bienal, y donde no se impidió por las fuerzas represivas la entrada de público, pero en nuestro propio espacio si hubo censura y cerco policial para impedir la entrada, de hecho creo que fue el único espacio donde ocurrió esto en la Bienal 00.   

MHD: Por El Círculo han expuesto muchos artistas cubanos reconocidos, por ejemplo el cineasta Miguel Coyula, ¿podrías recordar los principales artistas que han pasado por el espacio independiente de El Círculo?

LT: Hago una lista aproximada, algunos tal vez no los recuerdo, de algunos de los artistas que han expuesto, en orden cronológico,  más o menos son: Sandra Ceballos, Fernando Ruiz, Rene Quintana, Mia Unverzant, Alfredo Hevia, Luis Trápaga, Claudio Fuentes, Francis Sanchez, Danilo Maldonado, Miguel Coyula, Reynier Leyva Novo, Lynn Cruz

 

MHD: Por haber participado en la Bienal 00 en 2018 te han quitado el Registro Nacional de Creadores, según el decreto-ley 106/1988, ¿que significó para ti tal gesto?

LT: Cuando los organizadores de la Bienal 00 nos invitaron a participar, como espacio independiente, y con nuestros trabajos por separado en otros espacios que participarían en la bienal 00, recibí una llamada telefónica del registro del creador para instarme a que desistiera de participar y que retirara mis trabajos que ya estaba anunciado participaría, bajo amenaza de que si no retiraba mis trabajos y desistía de participar se me daría de baja,  como me mantuve en mi posición de participar se me dio de baja, toda esta información se me trasmitió por llamada telefónica. Cuando luego me persone en las oficinas del registro para tratar de obtener alguna respuesta en físico por parte del director o al menos de algún funcionario, se me dieron evasivas en más de una ocasión , en la forma de que la directora se encontraba ausente , estaba de viaje , etc ,, al final desistí y no fui más . esto de no estar inscrito en una organización oficial  como esta te pone en una posición un tanto ambivalente , por un lado eres libre de ese mecanismo al cual no tienes que responder pero por otro lado quedas muy vulnerable legalmente pues se supone que estar inscrito allí te da muchas garantías legales para realizar actividades como las que hacíamos, es decir: exponer en nuestra propia casa nuestro trabajo de arte y el de otros artistas, y poder comercializar legalmente que de no estar inscripto allí quedaría en un campo de ilegalidad indefinido, y por esa vía podría ser encausado legalmente , pues ya no tendría estatus legal para exponer mis trabajos ni el de otros artistas, incluso para comercializar mi propio trabajo,  de hecho tiempo después cuando la policía política decidió allanar nuestra casa, porque tal vez nuestras actividades se le hacían insoportables, se me acusó de “Actividad económica ilícita. Como dije allanaron nuestra casa y se nos confiscaron todos nuestros medios de trabajo, computadoras, laptops , cámaras fotográficas etc , y algunos de mis trabajos de arte que ellos consideraban contrarrevolucionarios. Al estar fuera del registro del creador estaría cometiendo un delito si continuaba haciendo el tipo de actividad que solíamos hacer , que podía ser penado con multas incluso con encarcelamiento si como ellos lo catalogaban estaba realizando una actividad contrarrevolucionaria. 

MHD: A partir de la campaña del No Al 349, luego con lo que pasó con el Movimiento San Isidro, 27N, Patria Y Vida,  surgen apoyos y gestos de solidaridad de cada vez más artistas cubanos tanto de dentro como fuera de la isla ¿Crees que es factible el diálogo entre los distintos actores del ámbito cultural en Cuba tanto independientes como de las instituciones?

El diálogo es factible y debería ser muy importante buscarlo, sobre todo porque al parecer el diálogo no es nuestro fuerte por aquí, y no solo con las personas que piensan diferente sino hasta con los que piensan muy parecido, y el diálogo no solo sería importante en el campo de la  cultura sino en todos los campos.  Aprender a dialogar y tener tolerancia hacia la opinión ajena al parecer es aún una asignatura pendiente en nuestro medio cubano.  Una de las principales posturas que adopta el gobierno nuestro es el no diálogo con los que según ellos tienen una actitud contrarrevolucionaria, con los que tienen una opinión política diferente.

MHD: ¿Crees que el movimiento artístico tenga suficiente hoy en día más fuerza como para forzar un diálogo con las autoridades del régimen cubano?

LT: El movimiento artístico ya forzó un diálogo, que fue precisamente el del 27N, aunque haya sido un diálogo imperfecto y manipulado, si eso toma un camino positivo y lleva a otro dialogo superior o si se convierte en algo factible de ser  manipulado por el poder, como de hecho ocurrió , es otra cosa, lo que empezó como una protesta frente al ministerio de cultura, luego devino en un diálogo , pero un diálogo frustrado. Pero se entendía bien que se estaba dialogando, luchando, no con un ministerio de cultura sino con una dictadura totalitaria, cuya esencia es el no diálogo, el no aceptar la voz del otro, cuyo objetivo es silenciar las voces diferentes, las voces críticas.

La otra opción es un enfrentamiento directo con el poder que implicaría lo que las posturas políticas más radicales instan a una sublevación popular, cosa que también ya ocurrió el 11J. La sublevación popular es factible ante una situación que es imposible de solucionar cuando un gobierno totalitario se cierra tanto que en lugar de abrirse al diálogo toma cada vez más medidas represivas como está tomando en la actualidad ante cualquier movimiento del arte independiente y con quienes le solicitan  un diálogo, y penalizando cada vez más cosas que no serían delito en cualquier otra sociedad, como emitir públicamente una opinión política diferente.