Domingo. 11/07/2021 8:15 pm
– Rolando. Ayer hubo revueltas en 10 de octubre, en Toyo y en La Habana y to` eso poripallá… No te vayas a meter en nada de eso –
– Tranquila, mami –
Lunes 12/07/2021, 4:10 p.m
– ¡Echa! ¿Y tú saliste a buscarte un marido? –
– Ay, ya chico, que voy a trabajar. Empiezo hoy-
– Pero suegra, ¿ya vas para la casa esa a trabajar tan temprano?-
-No mija, vine a tomar café y a estar un ratico aquí con ustedes. Yo entro a cuidar a esa señora a las 5-
Lunes 12/07/2021, 5:30 p.m
– ¡Pero mami! ¿Qué te pasa? ¿Por qué tú lloras?-
– Ay papi, que tu hermano se quería meter en la protesta y y yo lo no dejé y sin querer me empujó y me caí-
Tranquila mami, yo no voy a salir. ¿Dónde está mi hermano Yusnier? ¡¿Él salió?!-
-No papi, no-
-Ven suegra, siéntate aquí. Te voy a traer un poquito de agua que estás alterada-
-Ay, mi niña, yo nunca había visto eso. Sacaban a la gente en calzoncillos, uno venía con un tiro en el muslo, le metieron una patá por el culo a un niño, ¡los policías!…
-A ver mami, siéntate ven. Relájate-
-Ay, Rolandito no vayas a salir-
Lunes 12/07/2021, 6:15 p.m
-Papi, ¿a dónde vas?-
-Voy al kiosko de mi hermano a buscar un refresco y viro rápido…-
-Papi ten cuidado, acuérdate que tu mamá está alterada. No te vayas a meter en nada…-
-No mami tranquila. Voy a buscar un refresco de cola y viro rápido-
-Ten cuidado..-
Miércoles, 21/07/2021
-¡Maruchiiiii! ¡Suegraaaa!-
– ¡Dime mami! ¡¿Qué pasó?!-
– Maruchi, se llevaron a Roly-
-¡¿Cómo que se lo llevaron?! ¡¿Quién se lo llevó?!-
-¡La policía! Le trajeron una citación pal Capri, y cuando lo llevaron pa allí, lo dejaron detenido-
-Pero, ¡¿y por qué?!-
-Dicen que por las manifestaciones-
-Pero, ¡¿cómo?! ¡¿Por qué?!-
Lunes 12/07/2022 2:45 pm
-Mi amiga. Gracias por la entrevista. Y gracias por el refresco. Es bueno que nunca te calles. No me percaté que casualmente terminamos la entrevista hoy, que se está cumpliendo exactamente un año de que se llevaran a tu hijo Rolando preso…-
-Si mijo, que se lo llevaran preso sin ni siquiera haber estado en la manifestación…-
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Dylan es un niño que no le da de sus galleticas dulces a los invitados. Cree, en sus casi dos años, que es mejor brindar sonrisas y chocar los cinco. Con la perrita de la casa sí comparte sus golosinas, que son menos que las de hace un año, pues ahora hay que partir las entradas de la casa para poder enviarle de estas a su tío preso. A su tío, injustamente preso.
Si por otras razones yo hubiese llegado a la calle 2da y D del reparto Rosario, en La Güinera, sin aquel refresco de cola en la historia, es muy probable que tampoco me hubiese encontrado en la casa número 164 a Rolando, el 2do varón de 4 hijos que tuvo Maruchi, como todos conocen a Marisleydis. Era muy probable que Rolando hubiese estado en Rusia o en otro país de libre visado.
Incluso, en una realidad paralela, en la cual las autoridades del Gobierno Municipal, el PCC y Vivienda, funcionan efectivamente y sin burocracias cansinas, tampoco Marisleydis Fleitas Bravo, de 58 años, viviera allí. Lo estaría haciendo en una casa que Vivienda le hubiese entregado, o en el terreno que, con el dinero del subsidio que le fue otorgado por dicha institución, compró hace alrededor de un año.
El 3 de julio de 2021 los Fleitas abrían maletas con regocijo. Era la primera vez que un miembro cercano de la familia daba un viaje, y gracias a varias inversiones, no sería ni remotamente la última. Saldrían los productos –ropa, zapatos y celulares- a la calle, y en un período de 2 meses, Rolando tendría por segunda vez, pasaje de ida y vuelta a Rusia, por algo más de 1500 dólares. “Tranquila mami, que no vas a tener que depender de ningún subsidio. O te arreglo la casa, o te compro otra y te saco de aquí”.
La sala de Maruchi está atravesada por varias cabillas y otros materiales constructivos, tres sillas de metal y un refrigerador. O se camina o juega Dylan. El espacio no permite ambas funciones. El cuarto, a la derecha, revela la mano del Dios de una Maruchi evangélica, ese Dios que sostiene las tablas del techo mediante su mano todopoderosa, y sobre todo mediante el tubo de metal que la misma Maruchi dispuso como columna.
Dios le reza a Maruchi que se vaya de ese lugar antes que a él le toque mandar las lluvias de verano, pues los nylon que en su omnisciencia le ha revelado colocar, no contendrán, de la misma forma que nunca lo han hecho, los caudales celestiales o las lloviznas más aburridas de agosto. Mientras todo esto pasa, una mesa se va sirviendo, dos veces al mes, de galletas saladas y dulces, refrescos, cigarros, azúcar y leche. Se invierten 22 mil pesos al mes para abastecer al preso Rolando del Combinado del Este. Para abastecer, no a un tirapiedras –a Maruchi ese nombre no le gustó, por eso en la primera visita le dijo al oficial Quintana que su hijo era mas bien un Héroe del 11J, sino a un hombre que salió a comprar un refresco y regresó a la casa. No es la palabra de Maruchi contra la de ellos. Es la palabra de un video que muestra íntegramente las cuatro cuadras recorridas por Rolando.
Rolando Vázquez Fleitas tiene la edad de Cristo al morir, pero tiene más vida que antes. Luego de un año de ser detenido, conserva el mismo buen ánimo del muchacho que regresó de la antigua Unión Soviética. Luego de 9 meses de haberse plantado en la prisión de Valle Grande por la tamaña injusticia de la que era objeto, y parecer un Mesías ayunante, barbudo y demacrado, tras una semana de total descuido, es un muchacho repuesto que anima a su madre con que 12 años pasarán rápidamente, y con que saldrán de esto juntos.
Maruchi no tiene ningún problema nervioso. Fuma mucho, como lo haría cualquier otra madre en sus circunstancias. Y si aquella vez de febrero, en el juicio de apelación de su hijo, interrumpió al Fiscal en sus funciones, con un griterío contundente del cuál la sala del Tribunal Municipal de 10 de Octubre jamás se recuperó, no se debió a ningún desorbite desmedido, sino a una repugnancia orgánica ante la mentira y la manipulación.
“Ese hombre le dijo al Fiscal que Rolando sí había estado manifestándose, a pesar de que en el video se veía clarito como los manifestantes venían en un sentido, bajando una calle, y Rolando venía en otro sentido. Ni siquiera en contra, venía por una calle que atravesaba a la de los manifestantes. En el video se ve incluso cuando mi hijo contesta el teléfono, y ese Fiscal lo dijo. ¡Claro! ¡En ese momento mi nuera lo había llamado para decirle que no se demorara y que viniera para la casa! ¡Ellos saben que eso fue lo que ella le dijo en la llamada! ”
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El Chevrolet de Rolando lo maneja ahora su hermano Lazarito, de 23 años. Ya no vive con su madre Maruchi por las condiciones insufribles de la casa. “Todos los varones vivían aquí conmigo. Mi hija Marisleydis y mi nieto Dylan también. Ahora nada más estoy viviendo con Marisleydis y Dylan porque todos se fueron a vivir con sus mujeres porque aquí, con las filtraciones del techo, no se puede vivir”
Una de las dos visitas de Rolando es del doble de duración de la otra. El saco de una de las visitas de Rolando sale del bolsillo de Maruchi y el otro de la economía su nuera, la esposa del preso. En más de una ocasión, dos días antes de la visita al Combinado del Este, Maruchi no ha podido conseguir ni el 10% de los alimentos que debe llegarle.
Maruchi limpiaba casas, cuidaba ancianos en sillas de ruedas, padres o abuelos de gente de clase media alta que podían costearse de alguna forma estos servicios. Trabajó incluso en casas de altos militares de las FAR y el Ministerio del Interior. El último día que trabajó, fue el 21 de Julio de 2021.
La citación en la Estación de PNR del Capri, en Arroyo Naranjo, se convirtió en una detención de 7 días. Luego fue enviado al Técnico de Instrucción Penal de 100 y Aldabó, famoso popularmente por sus harto trillados métodos de tortura física y psicológica a los procesados por el 11J. Debido a la detención, pasaron más de 60 días desde la última charla de Maruchi con su hijo, hasta que pudo volver a oír su voz, y unos días más hasta poder verle de nuevo.
Los 20 años que le solicitaba Fiscalía Provincial al ciudadano Rolando Vázquez Fleitas antes del 24 de diciembre de 2021, se convirtieron en una sanción conjunta de 21. No importó que, en ese juicio celebrado en el Tribunal Municipal de 10 de Octubre, de 17, él fuera el acusado con mayor número de testigos positivos, incluido el Jefe de Sector del Área.
Tras la condena, Rolando entendió que su madre no debía detener las denuncias en las redes sociales, a pesar de la vigilancia y el acoso de la Seguridad del Estado con ella. “Mami denuncia. Ahora sí me embarqué”. Tras el juicio de apelación, el Juez dictaminó rebajar la condena a 12 años.
Elizabeth recibe a cada periodista, activista o vecino que le traiga 100 pesos cubanos. Le hace un café, o le sirve del que está en el termo, esto, si es que la Marisleydis de 21 años no se lo ha tomado todo y hay que volver a colar. No le teme a la verdad, ni conoce impedimento de lugar o momento para escupirla.
Desbarató cuatro declaraciones en la Estación del Capri pues no querían leérselas en voz alta, le pedían que firmara el papel y punto. “Hasta que no me lean lo que ustedes escribieron, supuestamente de lo que yo dije, y hasta que no les hagan las rayitas esas hasta el final de la hoja, yo no firmo eso. Yo no sé si después ustedes van a volver a escribir ahí lo que les dé la gana”
Marisleydis Fleitas es una mujer dinámica, con una salud envidiable y una lucidez escasa. Duda de la veracidad de la palabra de todos, pero acoge a cualquiera, con la premisa de que al enemigo, aún más cerca. Parece como si nunca llorara, como si pudiera dormir en paz, como si de verdad no necesitara un Alprazolam o una amitriptilina. Pero Maruchi es una mujer que partió su corazón a partes iguales para hijos y nietos, y no dejó espacio para sí, ni siquiera, para volver a conocer hombre alguno.
-Yo digo que mi hijo es un héroe. Que todos ellos lo son. Pero en verdad, mi hijo está preso por ir a comprar un refresco de cola. Está en el video. Mira-
Me acerco y veo un grupo de manifestantes bajando la calle. Viene él vestido todo de negro, como si presintiera que ese día, para él y los suyos, sería, al menos temporalmente, de luto. Se le ve cortar transversalmente a la masa, sacar el teléfono, contestar y seguir de largo. Se le ve entrar a la cuadra y se pierde en el ángulo, pero unas casas más adelante, está la casa en la que vive con su esposa. No hay margen de dudas.
Yo vi el video. Maruchi, hasta la saciedad. Fiscalía también lo vio. El juez del Tribunal Municipal del 10 de Octubre, durante el juicio de casación, lo hizo de igual forma. No era el momento para ir a comprar un refresco. Doce años de privación de libertad.