Rosa María Payá es Licenciada en Física por la Universidad de La Habana, impulsó la iniciativa ciudadana Cuba Decide de la cual es promotora, es miembro fundador de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia y es Directora Ejecutiva de la Fundación para la Democracia Panamericana.
Sin duda, es mucho más que la hija de Oswaldo Payá Sardiñas, líder del Movimiento de Liberación Cristiano y autor de la iniciativa Proyecto Varela. Pero para conocer a esta joven activista cubana debemos recordar que creció escuchando los principios de la lucha pacífica en Cuba, el constante llamado al diálogo y a la solidaridad que hacía su padre hasta su asesinato el 22 de julio del 2012, por parte del régimen totalitario de Cuba. Si bien ha tomado protagonismo en estos últimos 10 años, a Rosa María ya la conocí activa y comprometida con la realidad cubana, trabajando con un grupo de jóvenes en aquel 2010 cuando visité a su padre en su casa en El Cerro. Ella ha demostrado tener un liderazgo natural, especialmente con la iniciativa ciudadana Cuba Decide que presentó en el año 2015 en el marco de la Cumbre de las Américas en Panamá.
Cuba Decide es una iniciativa ciudadana que impulsa un plebiscito vinculante para que el pueblo cubano pueda elegir su presente y su futuro a través de elecciones libres, justas y plurales. Todos los ciudadanos están invitados a promover esta iniciativa, y líderes de la sociedad civil como José Daniel Ferrer de UNPACU o Felix Navarro del Partido Pedro Luis Boitel son algunos de los prominentes promotores de Cuba Decide entre los que se encuentran unas 60 organizaciones y miles de ciudadanos. Cuba Decide es de por sí una iniciativa donde se necesita coordinar los esfuerzos, recursos y la diversidad de pensamiento con tantas organizaciones y personas. A su vez, ha participado en distintas instancias de diálogo y construcción de consensos como fueron los Encuentros Nacional Cubano en Puerto Rico, ha impulsado la Plataforma Pasos de Cambio en la cual, más de 100 organizaciones ratificaron en forma unánime al Acuerdo por la Democracia, aquel documento firmado en 1998 por gran parte de la disidencia.
Rosa María es parte de esta nueva generación de ciudadanos cubanos comprometidos con la lucha pacífica por la libertad y la democracia en Cuba, que construye sobre la herencia de tantos activistas y personas que han dado su vida y su libertad en todas estas décadas. Es así un puente entre los activistas de las distintas generaciones. Especialmente es reconocida porque es un puente entre la sociedad cubana y la comunidad internacional al levantar la voz en foros internacionales como el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y la Corte Interamericana de Derechos Humanos por sólo mencionar algunos de esos espacios.
MHD: ¿Qué destacas de Cuba Decide como experiencia de diálogo y construcción de consensos?
RMP: El éxito de Cuba Decide para facilitar el encuentro entre diversos grupos e individuos radica precisamente en que no se ponen condiciones a sus promotores excepto compartir una visión mínima de país: Trabajar para que Cuba sea una sociedad próspera y feliz de ciudadanos libres;.; y un objetivo común: el cambio de sistema hacia la democracia. Esta visión y ese objetivo constituyen la unidad de propósitos necesaria para que aquellos que espontáneamente no trabajarían juntos se encuentren en la plataforma ciudadana de Cuba Decide. Nadie tiene que renunciar a sus ideas, ni a sus programas, ni a su liderazgo, al contrario, todo ello aporta al impacto de la campaña. Es una iniciativa no violenta de movilización ciudadana así que todo lo que se haga con el mismo propósito aporta a la generación de la presión necesaria para que el régimen tenga que someterse a la voluntad soberana de la ciudadanía e irse. El Plebiscito no es más que la herramienta democrática posterior, útil para comenzar de manera ordenada y legítima la transición democrática.
Rescato sobre todo la solidaridad que se construye en el trabajo. Por ejemplo, Cuba Decide es probablemente el único espacio de la sociedad cubana donde líderes religiosos protestantes y activistas LGTBQ no solo trabajan juntos, sino que se defienden unos a otros ante la agresión de la dictadura. Sus promotores se identifican con diferentes posturas políticas porque Cuba Decide no es partidista, sino que se coloca un paso antes, el de garantizar los derechos humanos fundamentales, las reglas de la democracia y el estado de derecho. Es un movimiento donde el ciudadano es el protagonista sea un opositor consagrado o un joven sin otra aspiración política que el de desarrollarse como una persona libre en su país.
MHD: Has impulsado la Plataforma Pasos de Cambio en la cual más de 100 organizaciones ratificaron en forma unánime el Acuerdo por la Democracia. Como inIniciativa nueva donde se estaba invitando a los ciudadanos y a las organizaciones presentar sus propuestas para diseñar una hoja de ruta para el cambio de sistema político, social y económico del país, decidieron retomar un documento firmado en 1998 ¿Por qué han considerado importante ratificar al Acuerdo?
RMP: El Acuerdo por la Democracia contiene n la mayoría de las condiciones mínimas necesarias en un proceso de transición y contó desde el principio con un apoyo mayoritario del movimiento opositor cubano. Así que nos pareció propicio comenzar por aquello en lo que la generalidad de las organizaciones e individuos estamos de acuerdo para luego abrir a la puesta en común de las diferentes propuestas. Ha sido muy gratificante constatar que son muchas las coincidencias y similitudes entre las propuestas, lo que ha permitido a Pasos de Cambio impulsarlas desde una plataforma amplia y plural.
MHD: ¿Qué opinas sobre el aumento de la cooperación entre las organizaciones y los cubanos de adentro y de afuera de la isla?
RMP: El apoyo masivo que ofreció el exilio a los manifestantes pacíficos el 11J es la demostración más ilustrativa de la unidad de propósitos que existe en el pueblo cubano que vive dentro y vive fuera de la Isla. Para lograr el cambio de sistema se requiere de la movilización de ambas partes. De hecho, de eso se trata Cuba Decide: de ofrecer un camino, herramientas y apoyo a los cubanos dentro para la lucha pacífica no violenta y activar también a los cubanos (y no cubanos) fuera para generar presión internacional en apoyo al cambio que demanda y que merece el pueblo cubano.
MHD: En la actualidad gracias a un mayor acceso a internet y a mayor cantidad de medios de comunicación digitales, los cubanos dentro de la isla están más informados de lo que sucede, la gente se anima más a criticar, conoce más las acciones de la disidencia ¿Qué más falta para que los ciudadanos se sumen a convocatorias para consensuar propuestas ciudadanas como Pasos de Cambio o la convocatoria al diálogo como Plataforma Patria y Vida?
RMP: Muchos ciudadanos se han sumado a esas y otras convocatorias, pero lo más importante sigue siendo que la persona se active en favor del cambio y participe, no que se suscriba a uno u otro “consenso”. Por ejemplo, la red de promotores de Cuba Decide está presente en casi todo el país, pero su área de influencia entre simpatizantes, colaboradores o ciudadanos que se identifican con el objetivo y que participan en acciones de movilización es mucho mayor en número que aquellos que cotidianamente promueven la iniciativa. La represión y la impunidad de la que gozan aún los represores sigue siendo un gran obstáculo. Este última requiere de una mayor presión internacional. Las comunicaciones han mejorado considerablemente, pero continúa siendo prohibitivo para muchos cubanos conectarse a internet o mantener una línea de celular. En fin, estos y otros obstáculos van a continuar, pero la determinación de lograr el cambio está más viva que nunca en la sociedad cubana.
MHD: Después de las manifestaciones del 11 de julio hemos visto que mucha gente perdió el miedo, y salió espontáneamente a manifestar su descontento pero ante una convocatoria como la del 15 de noviembre, ¿Qué crees que influyó en que no se repitiera el fenómeno del 11J?
El 15N demostró el miedo del régimen a su propio pueblo y la debilidad de una dictadura que tiene que militarizar un país para intentar silenciar a sus ciudadanos. Muchos factores influyeron para que no se dieran protestas masivas ese día. Por supuesto, la gente tiene miedo, pero ese miedo no impidió la protesta del 11J. Los cubanos no nos volvimos más cobardes en 4 meses, al revés, creo que estamos aprendiendo, como decía mi padre, a “no dejarnos dominar por el miedo”. Lo hemos demostrado. Creo que la actitud generalizada ese día y hoy es que la audacia debe ir acompañada de una estrategia responsable y efectiva.
Es un hecho que las protestas registradas han aumentado en los últimos meses, más temprano que tarde los cubanos volveremos a estar en la calle.